Jean de La Bruyere.
jueves, 25 de agosto de 2011
domingo, 21 de agosto de 2011
EL AUTOCINE
Pensando en vacaciones pasadas me vino a la memoria recientemente la imagen de una sesión con mis padres en el autocine de Jávea hace... ufff, demasiados años. Una vuelta de tuerca a las sesiones estivales en las sillas de tijera en esos cines de pueblo costero, con el acompañamiento del ruido de las pipas y las bolsas de patatas. Fueron varias sesiones a lo largo de aquellas 2 semanas y sólo alcanzo a recordar uno de los títulos: "Dos super dos". Supongo que el resto de la programación era similar.
Lo que no sabía era que fuese un invento de los años 30 (ya que solemos asociarlo con la década de los 50). El primer autocine se abrió el 6 de junio de 1933 en Camden, New Jersey. Su promotor fue Richard Hollingshead, unos dicen que con idea de promocionar los lubricantes para automóvil que vendía su padre, y otros que fue un recurso para solucionar el problema de su madre, demasido obesa para poder sentarse en la butaca de un cine. Tenía una pantalla de 120 metros cuadrados y capacidad para 400 vehículos y el largometraje elegido para la sesión de inauguración fue la comedia británica "Wives Beware". Su reclamo: "cada uno en su propio palco".
En nuestro país hubo que esperar hasta 1959, cuando se ianuguró el Motocine Barajas en la carretera de Barcelona (en lo que hoy conocemos como el barrio de la Alameda de Osuna); aunque no alcanzó el éxito esperado y hubo de cerrar a los pocos meses.

A pesar de su temprana aparición, los "drive-in theatre" tardaron en cuajar entre la población, y no fue hasta después de la II Guerra Mundial cuando comenzaron a alcanzar popularidad, de modo que llegaron a formar parte de l cultura popular norteamericana con gran fuerza en los años 50 7 60. Pronto se convirtieron en la alternativa de ocio económico para las familias, que podían acudir con la prole y la merienda-cena, y sobretodo para los adolescentes, que aparcaban sus automóviles en la última fila para dar rienda suelta a sus impulsos hormonales (por ello los autocines se ganaron el sobrenombre de "passion pits") y pronto se disparó la picaresca escondiendo a los amigos en los maleteros para ahorrar dinero.

En su época gloriosa llegaron a existir hasta 4000 en todo EEUU. Uno de los más grandes era el "All Weather drive-in" de NY, con espacio para 1500 automóviles y 2000 asientos.
Su principal fuente de ingresos, además de la propia película, era el bar, aunque muchas familias optaban por levar su propia nevera de campaña.
Con lo años mejoraron los servicios ofrecidos, construyendo áreas recreativas para los niños e incluso facilitando pequeños calentadores de propano con la intención de atraer a clientela en los meses más fríos.
De aquellos altavoces emplazados en postes a ambos lados de los autos a los posteriores altavoces individuales que se colgaban de las ventanillas se ha pasado a la comodidad de sintonizar el audio en la propia radio, ofreciendo la posibilidad así de disfrutar de sonido en estéreo.
Con lo años mejoraron los servicios ofrecidos, construyendo áreas recreativas para los niños e incluso facilitando pequeños calentadores de propano con la intención de atraer a clientela en los meses más fríos.
De aquellos altavoces emplazados en postes a ambos lados de los autos a los posteriores altavoces individuales que se colgaban de las ventanillas se ha pasado a la comodidad de sintonizar el audio en la propia radio, ofreciendo la posibilidad así de disfrutar de sonido en estéreo.
Son múltiples las referencias en la música, el cine... como nos recuerdan los Beach Boys, Travolta o los films "Regreso al futuro" y "Grease", entre muchos otros:




Fotografías: Life, Ogle winston, Owen kanzler.
viernes, 19 de agosto de 2011
SPAGHETTI, FUXICO, SINAMAI Y OTRAS VARIANTES
Desde el año pasado no le había dedicado ni un minuto a las manualidades, y ya lo iba echando de menos. Desde luego será difícil mantener el ritmo que solía tener hace 15 años, disfrutando de esos momentos en compañía de mi madre y mentora. Pero alguna incursión ocasional le levanta a uno el ánimo al menos.
Lo último en complementos últimamente son las diademas, tocados de diario, horquillas, coleteros... aunque sobretodo las primeras. Dan un toque infantil, lo sé, pero están de plena actualidad. Muchas son las tiendas de ropa donde ahora se exhibe un rincón para ellas, de todos los colores y materiales, a decenas. Y francamente, yo tenía ganas de hacer el intento.
Pero me faltaba el empujoncito definitivo y unas cuantas dudas asaltaban mi cabeza, así que me vino de perlas aputarme al taller de Marian en Living the Crafts.

Nada de caros complementos de 60 o 100 € (aunque están tan en boga que ahora ya se encuentran hasta en las tiendas de chinos... y bastante resultones).



martes, 16 de agosto de 2011
GLADIATOR CAMBIA DE PAREJA
Pues sí; parece ser que últimamente se le ha visto con Ligia. ¿Quién dijo que Russell Crowe no podía compartir cartel con Deborah Kerr?







miércoles, 10 de agosto de 2011
COSAS QUE UNA HACE CUANDO SE ABURRE...


Y esperar a que se enfriaran...
lunes, 8 de agosto de 2011
BAREMBOIM Y UN BOCATA DE CALAMARES

Media hora antes la Plaza Mayor ya estaba a reventar, que para eso los madrileños somos muy participativos: si algo es gratis, vamos de cabeza. Como las dos señoras que el año pasado , ocupando asiento, no pararon de "rajar" junto a mi madre durante toda la representación, aunque no tuvieran ni "pajolera" idea del nombre de la ópera que se retransmitía en la Plaza de Oriente. El caso es estar. Apoyo logístico que no falte.
Aunque prefiero pensar que somos mayoría absoluta los que vamos motivados.
Aunque prefiero pensar que somos mayoría absoluta los que vamos motivados.
Y heme allí, dándome un garbeo por la plaza para localizar un buen lugar desde el que disfrutar de la batuta de Daniel Baremboim. Como era de esperar, la zona habilitada para asientos (se habla de 3500 sillas) estaba completita, y con una interminable cola de paisanos a la entrada que ya no podrían optar ni de casualidad a una silla de tijera (entre las que, dicen, se encontraba Vargas Llosa) . A mí me da igual; hubiera tenido que ir 4 horas antes (que ya nos conocemos...) y ¡total!, de lo que se trata es de oir, más que de ver.
Los escalones en los soportales de la calle Toledo parecían un buen lugar, así que sólo faltaba sacar el bocata de calamares que acababa de comprar (aún caliente) y esperar con calma. Sólo 10 minutos. Pero el concierto comienza y la que parecía una buena base de operaciones resulta no serlo tanto: apenas llega el sonido y no para de pasar gente hablando. En fin, terminada la pitanza, habrá que cambiar de posición y tratar de entremezclarse con la afición que ocupa la plaza tras las vallas, en pie, que no serán más de 4o minutos...
Consigo avanzar más de lo esperado y ooohhh, aquí SÍ que se escucha bien. Contra todo pronóstico, resulta sorprendente comprobar que la acústica es IMPRESIONANTE, a pesar de tratarse de una plaza (quizás por no ser abierta el sonido se concentre mejor).
La quinta de Beethoven avanza por los tímpanos con una fuerza increíble. ¡Dios! Cómo suena...

La WEDO (West-Eastern Divan Orchestra) y su multiculturalidad (107 músicos israelíes, árabes y españoles) finaliza el repertorio (Mahler y Beethoven) dando un ejemplo de convivencia interracial, pero el público demanda más. El maestro sale de nuevo y nos regala un bis.
Seguramente sea infinitamente mejor asistir a un auditorio, pero escuchar a uno de los mejores directores del mundo en plena Plaza Mayor ha sido, en cierto modo, un auténtico lujo.
El año que viene, repito.
Fotografías: lainformacion.com, elmundo.net