Por fin piensan en nosotros y nos hacen el inmenso favor de ayudarnos a equilibrar la economía familiar, y nos permitirán vestir bien y a la moda sin tener que dejar la tarjeta de crédito temblando. Ya le estoy dando vueltas en mi cabeza a los outfits que voy a lucir esta primavera...
Para empezar Dior se apiada de nuestros gastos proponiéndonos lucir la ropa interior. Nada mejor que darle a ese bonito camisón el protagonismo que se merece; bastará colocarse una rebequita mona encima o una camisa elegante y ... voi lá.
Claro que no es tan innovador como él se cree: las gipsy girls ya se pasean por mi centro comercial con el pijama polar y la bata de guatiné desde hace lustros, así que lo justo es reconocer que son ellas quienes crearon la tendencia. Quién iba a decir que Dior acabaría inspirándose en ellas.
Otra opción similar es la que nos plantea Bruno Pieters: pegarán con fuerza el color nude y las transparencias, así que será ideal enfundarte la enagua, acomodarte unos elegantes pep toe y salir a comerte el mundo. Balmain y Viktor&Rolf también nos dan un respiro. Cuántas veces te han entrado ganas de llorar amargamente porque se te enganchó tu camiseta favorita, o porque ese vestido tan ideal con sobrefalda de organza se hizo un piquete justo donde más se nota. Puedes dejarlos tal cual o darles unos golpes maestros de tijera para redondear su aspecto.
Y si tu chaqueta favorita (sí, esa que te pones tanto) está tan sobada que hasta las costuras tiene deshilachadas, no importa.
Jil Sander nos anima a lucir los hilos sin complejos.