A veces se dan circunstancias en la vida que te arrancan una sonrisa.
Desde niña me ha gustado coleccionar cosas, cualquier tontería que llamaba mi atención corría el riesgo de acabar en el fondo de un cajón en espera de compañía. Todo valía: monedas y billetes extranjeros, postales, cajitas de medicinas,....
No recuerdo en qué momento la cajita de cartón donde mi madre guardaba los sellos usados que le daban las monjitas del colegio empezó a llamar mi atención. Algunas tardes la abría y pasaba largos ratos observándolos, uno por uno. Con el tiempo empecé a clasificarlos según el país de procedencia y así fueron pasando los años. La cajita se iba llenando tímidamente: sellos recortados de las cartas de los tíos de Holanda, de una amiga por correspondencia de Portugal, de los primeros viajes al extranjero...
La afición empezaba a crecer y yo pasaba horas remojándolos en agua para despegarlos del papel y pasarlos a la rudimentaria prensa fabricada con la enciclopedia familiar.
Incluso hubo una época en que participé en una cadena de coleccionismo: la idea consistía en enviar 50 sellos distintos al primer nombre de la lista que estuviera sin tachar, tacharlo después y anotar tu dirección a continuación del último. Enviarlo por correo y esperar. Debo confesar que nunca me hice demasiadas ilusiones, las cadenas siempre acaban rompiéndose. Pero comenzó una relación de intercambio filatélico-epistolar que duró un par de años con dos de los coleccionistas de la lista: un suizo y un italiano. De tanto en tanto nos enviábamos un puñado de sellos. Nada sabían de mí ni yo de ellos. Sólo un nombre, una dirección y una afición en común.
De esto hace ya casi 9 años.
La afición se ha ido diluyendo con los años, aunque este tipo de colecciones son infinitas: puedes dejarlas aparcadas por un tiempo y regresar, enriquecerla con alguna adquisición nueva y siempre estará en la misma balda de la estantería, esperando.
Hoy he recibido una carta de Polonia. Es extraño porque no conozco a nadie en Polonia...
Dentro, un folio con una lista de nombres y direcciones (una de ellas escrita de mi puño y letra) acompañaba a un sobrecito de papel cebolla con 50 sellos distintos.
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Hace 4 horas
20 comentarios:
joder!!! De pelicula, nena, empieza a escribir el guion!!!
¡No me lo puedo creer! ¡nueve años!, te habrás llevado una sorpresa y una alegría impresionantes.
Me alegro por ti, al final, el que la sigue la consigue.
Bssssssssssssssssss
Cloti
Pero qué ilusión te debe haber hecho!!!! Alucinadita te quedarías.
Pues menuda ilusión te habrá tenido que hacer ¿no? Después de tantos años, y que la cosa continúe... Me imagino que este detalle te habrá relanzado a continuar con tu colección filatélica... A mí es que las colecciones me encantan, pero como me conozco, me he encauzado solo por una, con la que ya llevo montones de años. Colecciono tazas de desayuno de distintos lugares curiosos y países del mundo. Tengo muchísimas, y cada vez que alguien conocido vá a algún viaje, allí estoy yo pidiendo mi taza. Me hace tela de ilusión cuando algún amigo me viene con la taza del lugar de su periplo, más ilusión que si me hubiera comprado algún otro detalle carísimo, y no exagero, me ha pasado. Por eso entiendo la alegría de un coleccionista hacia un objeto de la misma. ¡¡Menuda sorpresa!!
Oooohhhh!!!! Pero es cierto???? Parece de película!!!!
Y Blas, tazas!!! una colección muy bonita aunque como se nota que viven en casa grande, porque guardar sellos bien, pero tazas... en mi caja de zapatos no cabrían...
Susana, tengo una estantería especial en la cocina para mis tazas. En una caja de zapatos, no lo había pensado, dos o tres seguro que me caben, dependiendo de si los zapatos son de mi marido o de mi niño, jejeje...
¿ Después de 9 años ? Madremía qué pasada...Eso ha sido cosa de correos...fijo...que va fatal,XD...
Qué ilusión! Supongo qu te qedarías cuadrada ¿no?. Bueno, algunas cosas tardan pero llegan. Muy bonito Anele!. Oye, lo de la colección de tazas me gusta. ¡¡¡queremos post Blas!!!
hay que ver!! o sea, que la cadena no llegó a romperse, como mucho estuvo parada un tiempo... tras muchas vueltas por diferentes países, al final llegó a ti. después de 9 años, es increíble, anda que no ha llovido!
Sí, sorprendente. Me hizo mucha ilusión, si es que cuando envié mi carta no albergaba ninguna esperanza...y mira por dónde, llega, tarde, pero llega. Esque Correos cada día funciona peor, ja, ja, ja.
Estoy de acuerdo con el resto, Blas, queremos post!!! queremos post!!
Ya sabes que yo era una forofa de la filatelia, las monedas y pins, la colecion de sellos, ya hace tiempo se la pase a mis Sobrinas y no se que habran echo con ella, la de las monedas la recupere, soobre los sello, recuerdo haber echo esa cadena, pero no tuvo sus frutos, por lo menos no lo recuerdo?
¡Que curioso! Menuda ilusión ver qu ela cadena sigue funcionando ¿verdad?
Que bonito y que ilusion... te habra hecho el recibirlos no???
Y poder volver a sentir que se puede creer en una idea que ya se daba por perdida hace mucho tiempo, la vida tiene esta clase de sorpresas agradables, para compersar algun que otro batacazo...
preciosos espacio...
pasa a dejarte un abrazo...
Muchas gracias, Allek.
¡Hola!
Te contesto aquí k seguro lo ves antes...El modelo es actual, del año pasado, de la muñeca de USA (mattel) Trend Teen...pero el pantalón sólo le sirve a una piernas flexibles...Saludets.
Cuando puedas pasa por mi blog a recoger tu premio
Qué historia tan bonita! yo todavía estoy esperando la carta de la peseta que pegué con celofán y que se iba a convertir en muchas cartas y muuuchas pesetas, jajaja
Me recuerda a mí misma con mi afición por la filatelia, que ahora tengo un poco de lado. Lo único que yo nunca participé en cadenas, siempre cambiaba sellos con gente de otros países pero "de tú a tu".
Hola Victoria!!
Pues yo nunca encontré a nadie en mi entorno para cambiar sellos.
Lo bueno de esta afición es que aunque la dejes aparcada siempre puedes volver y es muy gratificante ver cómo va creciendo.
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