Este tema daría mucho de sí, porque en Florencia se respira el arte no sólo en los museos, sino también en las calles (lo cual es una buena noticia para los presupuestos más ajustados).
Aparte de la archiconocida Accademia y su estrella indiscutible: el David de Miguel Ángel (armándose de paciencia para soportar las interminables colas) y de las Capillas Mediceas junto a la basílica de S. Lorenzo, es indispensable (para los amantes del arte en exclusiva) una visita a la Galleria degli Uffizi. La falta de tiempo obligaba a elegir y optamos por ésta.
Como las colas son también largas, aconsejo comprar las entradas por internet. Nosotros lo hicimos así y es tremendamente cómodo (cómo ha cambiado la Red la forma de viajar!!). Recomiendo b-ticket por ser la que yo utilicé; la página web es segura y es uno de los sitios oficiales (tendréis que registraros previamente), es sencilla (en italiano y en inglés) y nos informa incluso de las plazas que quedan en cada franja horaria. No recomendable para nerviosos que reserven con una escasa semana de antelación, ya que en nuestro caso el e-mail de confirmación llegó rápido, pero el segundo (con la referencia) para imprimir y entregar en taquilla, llegó a mi bandeja de entrada tan sólo 20 horas antes (con lo que me gusta a mí llevar esas cosas "atadas"..). Bueno, el caso es que pudimos entrar sin colas e incluso 15 min antes de la hora reservada. Un lujo.
No dejéis de asomaros a la terraza del bar al final de la visita para obtener otra perspectiva del Palazzo Vecchio y de la plaza della Signoria, incluso del Duomo:
Me apetecía verlo todo de nuevo, pero especialmente iba buscando 2 cuadros que me encantaron la vez anterior: uno no conseguí localizarlo, el otro me lo habían cambiado de lugar (con lo bonito que era entrar en la sala pequeñita y encontrarme de frente los ojos de Lucrezia y esos pliegues del vestido...):
Muchas salas cerradas por reforma y todo cambiado de sitio; aunque me alegro de las nuevas salas de pintura extranjera que han habilitado, donde encontramos algunos lienzos desconocidos pero preciosos. No sólo resulta interesante por la magnífica muestra de pintura sino porque ofrece estupendas vistas del Ponte Vecchio, así que no resulta extraño encontrar turistas agolpados junto a las ventanas del primer piso haciendo fotos como locos.
Los Uffizi se construyeron para albergar las oficinas de los magistrados y otros profesionales al servicio de la ciudad cuando el Palazzo Vecchio se quedó pequeño, y no sólo ofrece arte "bajo movimiento de tarjeta de crédito" (y bien que lo cobran, santa Madonna!!) sino que proporciona un interesante paseo escultórico en su loggia, en plena calle:
Dante
Galileo, Maquiavelo, Petrarca, Leonardo, Donatello, Giotto, Miguel Ángel, Cósimo el Viejo, Vespucci, Cellini... hasta completar las 28 hornacinas. Y especialmente recomendable por la noche, cuando vacía de turistas y pintores, constituye un remanso de paz: sentarme en sus escaleras y abandonarme en las notas de alguna pieza clásica que salía de las manos del músico callejero de turno era uno de mis momentos favoritos; todo se inundaba de calma y sentía la ciudad más mía que a plena luz del día, cuando había que compatirla con centenares de turistas.
Muy cerquita, a la vuelta de la esquina, la Piazza della Signoria, otro museo al aire libre y corazón de la vida política y social florentina. Allí se impartía justicia y se acometían ejecuciones ejemplarizantes para la población (Savonarola fue colgado y quemado por hereje, como recuerda una placa), allí se quemaron libros (muchas de esas "hogueras de vanidad" fueron organizadas por Savonarola, invitando a los florentinos a quemar sus objetos de lujo, sus libros y sus cosméticos) y allí se celebraron juegos, bodas, festejos, ...
La campana del Palazzo Vecchio convocaba a la ciudadanía para asistir a las asambleas, les avisaba en caso de incendio y ataques enemigos.
La vida latía en la plaza.
Destaca la bellísima Loggia dei Lanzi (denominada así por ser el lugar donde acamparon los lanzichenecchi -una soldadesca mercenaria- en su camino a Roma y que originalmente tenía como función acojer las asambleas públicas) y su granada colección de esculturas, muchas de las cuales hemos visto en nuestros libros escolares como el Rapto de las Sabinas, o mi favorito: Perseo con la cabeza de Medusa, que me sirvió de refugio tantas tardes de lluvia, testigo de miles de conversaciones intrascendentes en compañía de mi queridísima Alba, mientras observábamos el ambiente que bullía en la plaza.
El resto de la plaza contiene interesantes muestras escultóricas, siendo la estrella indiscutible el David de Miguel Ángel, por méritos propios. Lástima que esté condenado a no bajar de su pedestal... aunque se trara de una réplica cuyo original ya he comentado que se encuentra en la Accademia. Culpa de las vicisitudes del tiempo: fue alcanzado por un rayo allá por el 1512 y una revuelta popular contra los Médici le dejó sin brazo, así que se impuso un cambio de domicilio a un lugar más seguro, aunque eso tampoco le libró del ataque de un loco que en los 90 le machacó un dedo del pie con un martillo.
A su vera, la fuente de Neptuno, aunque las malas lenguas dicen que el pueblo lamentaba tremendo desperdicio del mármol (algunos atribuyen la frase a Miguel Ángel, que al pasar por delante suspiraba con pesar). Por cierto, detrás de él, otra placa de los Otto di Balia recuerda la prohibición de mojar pan en la fuente y ensuciarla.
En fin, que la ciudad entera proporciona suficientes muestras de arte gratuito: Dante frente a la Santa Croce, esculturas en los puentes que atraviesan el Arno, en las hornacinas de la iglesia de Orsanmichele (como ya comenté en otro post)... o símplemente, a la vuelta de la esquina :)
3 comentarios:
Pero que bonita que es Florencia ¡podiossss! Bueno, Italia en general, creo yo...
si esas esculturas pudieran hablar y contar todas las cosas que han visto a lo largo de varios siglos... lástima de david de miguel ángel, que se deterioró por causas naturales y... sociales, podríamos decir.
Pues sí, Geno, bien bonita. No toda Italia. Hay miles de lugares preciosos pero hay otros bastante mediocres (recuerdo que me pilló una huelga de basuras o algo parecido cuando fui a Pompeya, dos pueblos más allá, porque las aceras rebosaban bolsas y porquería, increíble; el sur en general es algo más deprimido, como en todo sitios).
Sí, Chema, lo del DAvid, una pena. Así que en ese caso veo justificado que se lo lleven a un sitio seguro y bien vigilado y lo sustituyan por una réplica. Siempre hay gente que no respeta esas cosas. De hecho, en la loggia dei Lanzi está prohibido subir con bebida o comida. Siempre hay un vigilante garantizándolo.
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