Cuántas veces habremos escuchado esta frase y cuántas veces nos habrán entregado un folleto a la salida del metro. La verdad es que con los tiempos que corren a más de uno se le habrá pasado por la cabeza invertir en oro, dada la precaria estabilidad económica que atraviesa Europa en general y España en particular. La sombra de la devaluación planea sobre nuestras cabezas (esperemos que nunca aterrice).
Y eso es lo que han debido de pensar los artífices de este curioso negocio: acercar el oro a la calle y facilitar su acceso. Lo que me llama poderosamente la atención, es que dada la desorbitada afición de los japoneses por las vending-machine (donde es posible comprar desde corbatas y flores hasta libros y, ejem, bragas -presuntamente-usadas), no hayan sido ellos los pioneros.
Lo mismo que compramos una lata de Coca-Cola, a partir de ahora podemos comprarnos un lingote.
Estoy hablando de una máquina expendedora de oro: "Gold to Go":
Hay expendedores en Dubai y Abu Dhabi (cómo no!!), en Las Vegas (era previsible), Alemania, Italia, Londres, Portugal y desde septiembre del 2010, en el Hotel Westin Palace de Madrid.
Se pueden adquirir monedas y lingotes (de un gramo de peso a una onza), con precios que se actualizan cada 10 minutos (ciñéndose así a los precios del mercado) y que oscilan entre 40 y 1050 euros (aproximadamente).
Y eso es lo que han debido de pensar los artífices de este curioso negocio: acercar el oro a la calle y facilitar su acceso. Lo que me llama poderosamente la atención, es que dada la desorbitada afición de los japoneses por las vending-machine (donde es posible comprar desde corbatas y flores hasta libros y, ejem, bragas -presuntamente-usadas), no hayan sido ellos los pioneros.
Lo mismo que compramos una lata de Coca-Cola, a partir de ahora podemos comprarnos un lingote.
Estoy hablando de una máquina expendedora de oro: "Gold to Go":

Hay expendedores en Dubai y Abu Dhabi (cómo no!!), en Las Vegas (era previsible), Alemania, Italia, Londres, Portugal y desde septiembre del 2010, en el Hotel Westin Palace de Madrid.
Se pueden adquirir monedas y lingotes (de un gramo de peso a una onza), con precios que se actualizan cada 10 minutos (ciñéndose así a los precios del mercado) y que oscilan entre 40 y 1050 euros (aproximadamente).

Como toda compra que se precie, la maquinita nos proporciona un recibo con el valor del oro en el momento de la compra. Y como rezan unos conocidos grandes almacenes: "si no está satisfecho, le devolvemos su dinero". Si el cliente no está de acuerdo con la tarifa o con el brillo del oro (oops!!), dispone de un plazo de 10 días para hacer efectivo el reembolso, vía servicio de correos.
Y como piensan en todo, para evirtar el blanqueo de capital, se establece un límite por persona: si se sobrepasa la cifra de 1500 euros, el usuario deberá introducir su pasaporte o documento de identidad.
Así que tomad nota si estáis cansados de regalar flores y bombones....