jueves, 31 de marzo de 2011

HISTORIAS DE LA REBOTICA

-"¿Podrías enseñarme los biberones de la marca ***?"
-"Aquí tiene"
-"¿Y no tienes más modelos?"

(Mientras me alejo a por más, oigo cómo le dice al marido que esos ya los tiene repetidos. El maravilloso mundo del bebé, ... y esos padres... ay, esos padres. Vuelvo con otros 2 modelos diferentes).

-"¿No tienes más? Verás, es que éstos ya los tengo. Y me hago un lío con los que están limpios y los que están sucios"

^0^ (Mi cara es un auténtico poema. ¿Pero de qué me está hablando esta mujer?!!!
¿Dónde le han dado el carnet de madre? ¡¡que le quiten 3 puntos, por Dios!!!
Pero la cosa no queda ahí..., no...)

-"Vale, en fin, me tendré que llevar éste. Es que le toca la toma ahora y me lo he dejado en casa"

(¿3 puntos? ¿dije 3 puntos? ¡¡¡que le quiten los 6!!)

-"Por cierto, ¿están esterilizados, no?"

(Mis párpados se van a dar de sí, ya no puedo abrirlos más. Uf, seguro que se da cuenta... mantén la compostura. Sí, claro, los esterilizan con muuucho cuidado y luego los meten aún con más cuidado en una cajita de cartón con aberturas por todos lados).
-"No, no están esterilizados".
-"Uf" (mira al marido con contradicción). "No sé qué hacer" (sonríe con la timidez y la certeza de quien sabe que está a punto de soltar una tontería). "En fin, esterilizaremos... a la antigua usanza, je, je. Iremos a enjuagarlo al baño"
-"Hombre, ¿es ésta la niña? estooo... es un poco pequeña, no? (la criatura, que está plácidamente arropada en brazos de papá, aparentará unos 3 meses).
Afortunadamente, interviene el padre, que la mira con cara de tremenda desconfianza. Gracias a Dios, alguien con cordura; la criatura tiene el 50% de posibilidades de haber sacado los genes de papá; no todo está perdido. Él abre los ojos tanto como yo y pronuncia un rotundo "No". Se muestra intranquilo por tener que darle la leche en un recipiente sin esterilizar.
Se van sin comprar el biberón.
Me meto en la rebotica... necesito una pausa.

lunes, 28 de marzo de 2011

JUGANDO CON COLORES

La semana pasada leí una breve reseña en el periódico acerca del festival de Holi, y la curiosidad me hizo rebuscar entre las páginas de intenet para averiguar un poco más.

El Festival de Holi, también conocido como Festival de los Colores, se celebra en la India entre los meses de febrero y marzo (cada año difiere la fecha dependiendo de la luna llena del mes de marzo).

La primera noche se queman demonios en las hogueras nocturnas y al día siguiente todos los asistentes pasan el día lanzándose agua y pigmentos de colores, con lo que el festejo se convierte en una auténtica explosión de color. Los tonos que emplean son increiblemente intensos y marcan el ambiente de esta alegre festividad.

Durante los días del festejo, se consume una bebida llamada bhang, elaborada a base de hojas de marihuana.
En principio, los colorantes se realizan con pigmentos vegetales, aunque siempre hay desaprensivos que emplean colorantes químicos, imposibles de eliminar y tóxicos.
Ciertamente, las fotografías hablan por sí mismas...

Es, sin duda, la celebración más colorida del año, como nos muestra Bollywood.
Fotografías: www.topnews.in, Dave Benskill, www.deconcrete.org, www.gonomad.com

viernes, 25 de marzo de 2011

GÉRÔME

Maravillosa la última exposición que organiza el Museo Thyssen, como siempre.

De nuevo, un pintor desconocido para mí y por tanto, un grato descubrimiento.

Se trata de Jean-Léon Gérôme (1824-1904), un polémico pintor francés criticado por su tendencia al academicismo en plena efervescencia impresionista. Aunque en realidad transformaba la pintura clásica mezclando géneros.


Llaman la atención algunos de sus cuadros, con tal nivel de detalle que parecen fotografías, como el impresionante "El bardo negro":

Contrastan con otro tipo de lienzos en los que concede un absoluto protagonismo al objeto/s principal/es que antepone sobre fondos desenfocados, supongo que con la intención de focalizar el interés en un punto concreto, como en este "Duelo después del baile de máscaras":


Me encanta la maestría con que trabaja las telas; son fantásticas, y las texturas están tan bien logradas (rasos, lana, gasa...) y sus pliegues y arrugas tan perfectos que parecen reales. Es impresionante el traje del "Retrato de la baronesa Nathaniel de Rotschild", como los de muchos otros ejemplares:



Su estancia de un año en Italia marcará su gusto por las antigüedades romanas y la arqueología, acercándose con gusto a los clásicos griegos y romanos

Es en estos temas clásicos donde demuestra un exhausto conocimiento del cuerpo humano y donde se nota su buena mano también para la escultura: la perfección de las figuras, la tensión de los músculos y el color y la luz de la piel de sus personajes dan la impresión de estar ante una figura de mármol, como en "La pelea de gallos", que le ayudó a conseguir una medalla en el Salón Oficial de 1847 (con tan sólo 23 años):


O como el que encabeza el post, el magnífico "Final de la sesión", con uno de los desnudos más delicados que he visto y con una luz fantástica.

Los lienzos grandes suponen un auténtico lujo para la vista, que se pasea por ellos recreándose de cada detalle, como en "L'eminence grise. Le Pere Joseph":


De nuevo, fantásticas telas y precioso colorido, así como un estupendo juego de luces y sombras (y el curioso detalle del pequeño rayo de luz que atraviesa la estancia) .

Se me ha hecho difícil escoger las pinturas que quería mostrar, porque realmente son muchas las que merecen un hueco, y lamento no haber encontrado otras, como el "Vendedor de pigmentos", que asombra por el impactante colorido de los sacos en contraste con un fondo sutil y apagado que no hace sino resaltar la fuerza de los mismos.


. . . . "Mujer circasiana con velo"

Increíble el detalle con que está pintado esta inmensa "Recepción del Gran Conde para Luis XIV", aunque en la fotografía no se aprecie el colorido y la riqueza de los trajes:


lo mismo que la "Audiencia de los embajadores de Siam en Fointeneblau":


La Antigüedad, el siglo XVII y la época napoleónica fueron sus periodos históricos favoritos, así como la fascinación por Oriente Próximo, donde realizó varias expediciones plasmando en sus lienzos todo lo que allí vió: interiores de mezquitas, mercados y baños, guerreros otomanos...
reproduciendo con precisión la arquitectura, las vestimentas y los ornamentos.
. . . "El trabajo del mármol" o "El artista esculpiendo una tanagra"


. . . . "Vendedor de alfombras en El Cairo" (1887)

Especialmente interesante me pareció este "Pigmalión y Galatea", donde mujer y escultura se funden en un mismo cuerpo, creando una escena mágica:

Si os gusta la pintura y vivís o estáis de paso por Madrid, no dudéis en ir a verla. Podréis visitarla hasta el 22 de mayo.


miércoles, 23 de marzo de 2011

HISTORIAS DE LA REBOTICA


- "Hola, necesito estas vitaminas que me ha recetado el médico para la niña"
- "Sí, aquí tienes. Es un jarabe"
-"Sí; me ha dicho que le dé una cucharada sopera en ayunas. ¿Cuáles son, de las cucharas pequeñas, no?"

(Es evidente, hija mía, que ni entiendes de etimología ni de sentido común... y si eres capaz de comerte una sopa con cucharilla de postre, eres digna de ponerte un monumento).

lunes, 21 de marzo de 2011

EXPLOSIÓN DE COLOR

Por fin llegó.
Adiós a los días grises invernales.







sábado, 19 de marzo de 2011

DIA DEL PADRE

"Cuando un hombre se da cuenta de que su padre tal vez tenía razón, normalmente tiene un hijo que cree que está equivocado" (Charles Wadsworth).

Ilustración: Norman Rockwell

lunes, 14 de marzo de 2011

COOL-CARAVANING

Bueno, pues en vista del regalito que nos tiene preparado AENA (por si alguien no se ha enterado, han convocado 22 días de huelga en fechas clave desde abril hasta agosto) habrá que pensar en una alternativa para las vacaciones de verano, Semana Santa, puentes, inicio y fin de quincenas, etcéteraetcéteraetcétera...
Parece que entre los controladores aéreos y Aena se han propuesto que en este país nadie vuelva a subirse a un avión.

¿Qué tal viajar en una caravana pija recorriendo media Europa?
Eso es lo mismo que debió pensar el propietario de una vieja caravana que decidió pedir ayuda a una agencia de interiorismo para "customizar" la suya.

Tan espectacular fue el resultado que acabó vendiéndola tras recibir una interesante oferta.
La primera caravana llevó a la segunda, y ésta a la tercera... y así nació CARAVANOLIC, una empresa que fabrica caravanas con materiales de diseño y la mejor calidad.

Encimeras de Silestone, papeles pintados (y posteriormente barnizados para aumentar la resistencia), telas de Pepe Peñalver, calefacción por suelo radiante, sillas de Kartel, hámacas de Hábitat, muebles en madera lacada, focos halógenos, suelos de madera...

La falta de espacio no es problema, gracias a los 3 armarios, la mesa extraible, los arcones bajo la cama y los 7 arcones que se suceden a lo largo del techo de la caravana.
Han pensado hasta el último detalle, así da gusto.
Así que visto ésto sólo queda decir... ¡¡me río del overbooking!!


Fotografías: caravanolic.com

viernes, 11 de marzo de 2011

LHARDY

Este famoso local situado en el número 8 de la Carrera de San Jerónimo ostenta el privilegio de ser el restaurante más antiguo de Madrid y el más mencionado en la prensa de los últimos 150 años.
Nos trasladamos al Madrid de 1839... Aún no hay tranvías y las farolas son de gas, acaba de formalizarse la numeración de pares a la izquierda-impares a la derecha y la calle ni siquiera presenta adoquinado (hasta 1848 aproximadamente). En la ciudad sólo hay casas de comida sencillas donde la carta se "canta" (no es escrita) y se regatean los precios. Ni siquiera existe la palabra "restaurante".

Aparece en escena Emilio Huguenin, un francés instruido en pastelerías del país vecino y que ha trabajado en el Boulevard de los Italianos en París. Pero pronto opta por un cambio de aires y abre su propio restaurante en Burdeos, hasta que finalmente se instala en Madrid y abre una pastelería que pronto comienza a prosperar: trae a la capital dulces hasta entonces desconocidos de la refinada pastelería francesa: croissants, petix choux, volauvent...
Parafraseando a Galdós: "Lhardy vino a Madrid a poner corbata blanca a los bollos de tahona".
Al parecer, será Próspero de Merimeé quien le dé la idea definitiva al lamentar que "no exista en todo Madrid un lugar donde comer sin ponerse perdido".

Nace así el Restaurante Lhardy y pronto el francés cambiaría su apellido por el de su local, inspirándose en el café Hardy de Montbeliard. Será un auténtico pionero: menú de precios fijos, minutas por escrito, mesas separadas y será el primero en emplear servilletas y manteles blancos.
En 1885 instalan la línea telefónica (Madrid por entonces contaba con 49 abonados) dando pie así a las primeras reservas telefónicas.
El éxito no se hace esperar y lo más granado de la capital se pasea por su local. Le contratan para fiestas: el Marqués de Salamanca le encarga el banquete para la inauguración de su palacete, y gracias a su influencia llegarían Isabel II (ferviente admiradora de su gazpacho) y Alfonso XII (al que le encantaba acudir de incógnito y que siempre fue fiel a sus croquetas).
Al tener escaparate a la clientela le encanta ir a ver y ser vista y su éxito entre las damas de la época crece imparable, al ser el 1º sitio donde podían ir solas las mujeres (pues estaba mal visto que acudieran a eventos sin sus padres, maridos o hermanos). Los camareros les acercaban las bebidas al coche, que esperaba en la puerta.

La carta aún se escribía en francés pero será Maura quien sugiera el cambio al español.
En él se da cita la flor y nata de la sociedad, de la nobleza, artistas, políticos... mientras Gomez de la Serna atrae a los tertulianos.
Su clientela, a medida que pasan los años, está escrita con letras de oro: Azorín (que vivía en las proximidades), Pio Baroja, Unamuno, los Alvarez Quintero, Jacinto Benavente (rendido a sus pasteles),o Pérez-Galdós (fanático de su cocido -al que debe el apodo de "garbancete"-, menciona el local en sus obras en varias ocasiones), que recaló en el local gracias al Marqués de Salamanca.
Allí se celebraban consejos de ministros (gracias a la cercanía del Senado), eventos...
En 1900, con motivo del estreno de "Tosca" en el Teatro Real, Lhardy prestó sus candelabros de plata para las representaciones y se encargó del buffet del día del estreno.

. . Banquete de la Real Academia Española presidido por Antonio Maura (1917)

En 1928 organizó la inauguración del Parador Nacional de Gredos (el primero de la cadena) para lo cual fueron contratados algunos de sus cocineros y camareros. Incluso en una ocasión se llegó a servir un buffet en un globo aerostático. Y muy sonado fue también el homenaje a Manolete en 1954.

Fueron los primeros en cocinar pechugas a la Villaroy, y muchos se deleitaban con aquella carne dulce... que se obtenía en la cueva de la casa almacenando las patas de cerdo bajo los pellejos que alojaban el oporto, goteando sobre ellas. Y fue en 1885 cuando se introdujo la costumbre del consomé de autoservicio del samovar de plata, muy popular entre las damas y que continúa hoy en día.

A la muerte de Emilio Lhardy (cuyas cronológicas llenaron peiódicos) el restaurante pasa a manos de su hijo Agustín (educado en Francia en la repostería y excelente relaciones públicas). Es él quien introduce el cocido en la carta. Se le llamó Isabelino porque se servía en bandejas de plata (en lugar de barro). De esa época es la estética "segundo imperio" que se conserva hoy en día, y cuya decoración (allá por 1880) corrió a cargo del decorador Rafael Guerrero (padre de María Guerrero) quien ya estuvo en París al servicio de la emperatriz Eugenia. Suya es también la fachada, elaborada con madera de caoba de Cuba.

Con Agustín comienzan a llegar los intelectuales y los actores (el salón japonés era el favorito de las cupletistas de la época). La hija de Agustín se casa con un inspector de Hacienda, que será quien tome el relevo en el restaurante, ya que no estaba bien visto que una mujer regentara un negocio. Años más tarde lo venderán, y será comprado por el jefe de cocina y otros empleados.

. . . . . . . . Imagen de la cocina
La decoración de sus salones ha sido testigo de cambios de siglo: sus originales lámparas de petróleo pasaron a ser de gas para finalmente apuntarse a la modernidad de la electricidad.
Lo mismo que ha sido testigo de cambios de gobierno y revoluciones políticas.
Durante la Guerra Civil se cubrieron con madera los espejos para protegerlos, y permanecieron intactos tras la contienda. A pesar de los nombres ilustres que llenaron sus salones (García Lorca, Madrazo, Sagasta,...) su máxima siempre fue la discreción absoluta. Quizás por eso la guerra lo respetó, como atestiguan los 2 obuses sin estallar que alcanzaron la buhardilla.

. . . . . . . . . Salón isabelino

Sus salones apenas han cambiado: las chimeneas y el papel pintado de los salones isabelino (60 comensales), blanco (8 comensales) y japonés son los mismos que aparecen en las páginas de Galdós, Azorín y Gómez de la Serna (no en vano es el restaurante más citado en la literatura española).
Precisamente es el salón japonés el que más secretos esconde: conspiraciones políticas, pactos, discusiones parlamentarias... Según se cuenta, fue allí donde se decidió el nombramiento de Alcalá Zamora para la presidencia de la República, y era el rincón preferido de Primo de Rivera para celebrar sus consejos de ministros y de Isabel II (donde se reunía con sus damas para comer cocido madrileño).

. . . . . . . . . Salón japonés

Tras la guerra civil se reunían catedráticos, escritores y médicos menospreciados por el nuevo régimen, retomando así las típicas tertulias de antaño. Eran tiempos de escasez y a veces no se podía pagar: en Lhardy a veces hacían la vista gorda.
Su fortaleza le permite sobrevivir a la especulación de los años 60 y la familia no cede a las ofertas. Gracias a ellos, este año cumplirá 172 años.
Como ya dijera Azorín: "No podemos imaginar Madrid sin Lhardy".
. . . . . . . . Imagen del samovar

miércoles, 9 de marzo de 2011

CINCO HORAS CON MARIO

El mes pasado me regalé otra visita al teatro, aunque confieso que acudí con ciertas reservas. Me encanta Delibes, pero un monólogo de 2 horas se me antojaba un poco arriesgado (¿se hará pesado?) pero mi gran afición por el teatro, por el autor y por la fama que precede al texto me impidieron dar marcha atrás.
El primer escollo contra el que ha tenido que luchar Natalia Millán es la memoria. La misma que evoca el rostro de Lola Herrera al pie de un féretro 30 años atrás. Su Carmen Sotillo será recordada por una magistral interpretación y ahora Millán toma el relevo con cautela. Un desafío considerable, así que imagino las dudas y los nervios de la actriz ante las posibles ( e inevitables) comparaciones.
Pero sus temores (si alguno tuvo) eran infundados: la nueva viuda está a la altura de su predecesora.
Me encontré con un guión fluido que hace que el tiempo avance sin pasar factura (en absoluto se me hizo pesado) interpretado con naturalidad por una gran actriz (no hay nada que me desagrade más que un actor sobreactuando). Magnífica Natalia Millán, te sumerge en el papel y en la historia haciéndote partícipe de sus dudas, sus fantasmas y sus recuerdos.
Y me encontré con un guión más cómico de lo esperado. Supongo que en el contexto real de la historia, en una época reprimida y fría, ese tono divertido brillaba por su ausencia. Sencillamente, maldita la gracia que tenía. Pero visto en la distancia que han marcado las décadas, resulta levemente divertido y más dramático aún si cabe por ello. Una dualidad que casa a la perfección.
El texto analiza magistralmente la sociedad de los años 60 y profundiza en el personaje como sólo Delibes sabe hacer.

Y para terminar, un simpático guiño. Buscando imágenes para ilustrar el post me encontré con esta divertida imágen de una Carmen Sotillo muy distinta a la que estamos acostumbrados (vista aquí). Espero que os guste.

martes, 8 de marzo de 2011

8 DE MARZO- DIA DE LA MUJER TRABAJADORA


Ilustración: Jordi Labanda

jueves, 3 de marzo de 2011

IT`S TEA TIME

Mira que me gusta a mí una buena merienda!!! Y si la compañía es agradable y el entorno apetecible, se disfruta el doble.

Así que aprovechando una visita rutinaria al médico, y dado que uno de los nuevos fichajes que tenía pendientes en mi lista resultó estar a un tiro de piedra, aprovechamos para dejarnos caer por un local que abrió sus puertas hace tan sólo 4 meses: "Margó"(C/ María de Molina, 5, Madrid).
La impresión que se tiene nada más traspasar el umbral es: "Ay, Dios, a ver cuánto me clavan!!"
Porque huele a pijerío por los cuatro costados. Pero qué queréis que os diga, que a nadie le amarga un dulce (nunca mejor dicho) y que lo mismo me gusta el local más aséptico y minimalista que el más recargado y barroco. En la variedad está el gusto y el refrán me lo aplico a pie juntillas.
Así que allí estábamos, dispuestas a probar el nuevo local y sopesar "pros" y "contras". Un ambiente muy fino aunque pijo, muy pijo. Un lunes a las seis y media supongo que es propicio a estar copado de señoras de mediana y tercera edad, ataviadas con sus bolsos de Carolina Herrera y su collar de perlas, de merendola con las amigas. Un servicio algo lento para mi gusto, pero ¿a quién le importa cuando uno va a relajarse y olvidarse del reloj?
Variedad de infusiones, café Nespresso (habrá quien considere excesivo pagar más de 1 € por un café "de cápsula", aunque por mi parte no hay objeciones porque me encanta), chocolates, sandwiches al más puro estilo "british" (no podía faltar el de pepino, y fráncamente, me quedé con ganas de probarlo) y variedad de bollería (algo pequeña) y tartas caseras, macarrons y otras delicias.
El servicio, algo lento pero esmerado, sirve la colación en bandejas metálicas caladas y pintadas de blanco. El detalle significativo y que marca la diferencia: servilletas de tela. Parecerá una tontería, pero esos detalles son de agradecer. Como se agradece el gusto en la decoración: uno parece entrar al salón de alguna "lady" británica, con sus librerías de puertas acristaladas luciendo menaje, sus sillas decapadas en blanco y sus largos manteles con estampado toile de jouy.
La planta inferior nos ofrece la posibilidad de comprar dulces de importación, mermeladas, chocolates y tés, aceites, y otras delicatessen así como menaje acorde con el estilo del lugar: juegos de té, coquetas fundas de tela para las escobas, delantales estampados, fuentes de porcelana y demás fruslerías.
En resumen, un salón de té de lo más apetecible.

Fotografías: nyclblue (flickr), margósalondete.es