lunes, 13 de agosto de 2012

PALAZZO DAVANZATI

Como ya anticipé, este museo me gustó tanto que me apetecía dedicarle un post en exclusiva.
Es la sede del Museo dell'Antica Casa Fiorentina y muestra el modo de vida de una familia de la burguesía en la Italia renacentista.
Propiedad de una próspera familia de mercaderes, los Davizzi, toma su nombre de la tercera familia que lo habitó: los Davanzati, que ocupó el inmueble durante más de 2 siglos. Cuenta con valiosos ejemplares de pintura, mobiliario, cerámicas, bordados, objetos de uso doméstico...  que no son originales de la casa sino que fueron traídos desde distintas galerias y museos de la ciudad, para completar el atrezzo.

Su planta cuadrada se organiza en torno a un patio abierto al cielo (que permitía recoger las aguas de lluvia, además de ventilar y proporcionar luz), 


una transición entre las casas-torre medievales y los palacetes renacentistas más amplios y edificados en torno a un patio central,

en torno al cual se emplazan las distinas estancias: los salones y dormitorios en los 2 primeros pisos, la cocina en el tercero (para disipar mejor los olores y los humos y minimizar los daños en caso de incendio) y en el último las estancias del servicio (que no se visitan) y su característica terraza porticada (loggia) añadida posteriormente.
La pena es que no está muy organizado, ya que la guía nos acompaña piso por piso (dándonos tiempo para curiosear por cada uno pero sin permitir subir al siguiente sin que el grupo termine y nos acompañe al superior) y a falta de explicaciones (aunque responde con agrado a las dudas) hay que conformarse con los folletos explicativos de cada estancia (en italiano, inglés, francés y alemán), muy interesantes pero sumamente escuetos.
Las barras de madera que cuelgan de la fachada se utilizaban para colgar banderolas en las festividades y para colgar la ropa de cama a secar.

Un vano en el muro recorre los distintos pisos en vertical, permitiendo, a través del sistema de poleas, transportar el agua a cada una de las plantas desde el pozo de la planta baja, un auténtico lujo para la época (y un evidente alivio para el servicio, qué duda cabe). La foto no es muy buena pero es lo único que conseguí en la Red (estaba prohibido hacer fotografías):


Dicen que fue la primera vivienda que instaló cristaleras en las ventanas, que hasta entonces se cubrían colgando una impannata: lienzos empapados en aceite o trementina para darles mayor transparencia.
Curiosa la espectacular caja fuerte, cuya tapa constituye en sí misma una complicada cerradura:


Llaman la atención los frescos que decoran las paredes y que salieron a la luz al eliminar los tapices y lienzos que las cubrían cuando acometieron la restauración del edificio.


Era típico este tipo de ornamentos en las casas florentinas de la época:




al igual que los artesonados decorados:


En la sala del primer piso, que da a la fachada principal, todavía se conservan las 4 trampillas por las que se lanzaban piedras, bolas metálicas o aceite para frenar a los intrusos.
Afortunadamente la higiene personal comenzaba a cobrar fuerza en aquellos años, al menos entre las clases más pudientes, como atestiguan los numerosos cuartos de baño que posee la vivienda: nada menos que 2 por planta. Consistían en pequeñísimas estancias dentro del dormitorio, separadas por un arco, y contaban con retrete (una bancada con un agujero que cubrían con una tapa de madera) y una amplia bandeja en el suelo donde se recogían las aguas de los lavados (a modo de rudimentaria ducha).

En la sala de costura se muestran las ruecas, agujas y otros aparejos para telar, así como una bonita colección de encajes:

Los dormitorios, amplísimos, estaban ricamente decorados en paredes y techos:


Y sorprendente resulta la cocina, repleta de instrumentos de todo tipo, entre los que destaca la  máquina para hacer pasta (en la pared, a la derecha de la chimenea) y el curiosísimo sistema de poleas con pesas (pegado a la chimenea) que permitia la rotación constante del asado sin necesidad de tener a un sirviente dándole a la manivela:


De modo que si algún día os pasáis por Florencia, no dudéis en hacerle un hueco en vuestro horario a este interesante museo.


Fotografías: NicolóP. (flickr), catcetera (flickr), trivago.

3 comentarios:

Geno dijo...

Precioso el lugar y muy interesante de visitar. Lástima de unas explicaciones un poco más amplias por parte de la guía y es que. por mucho que respondan todas las preguntas, seguro que lam ayoría se le ocurren a uno desde que ya está afuera XDDD

chema dijo...

qué bien organizado lo tenían todo. la distribución de las diferentes estancias, el suministro de agua... y la decoración era una obra de arte. me encantan los frescos. bien podría ser el palacio de un rey...

anele dijo...

Pues sí, Geno, es la única pega que yo le ví, porque apuesto a que hay decenas de cosas interesantes que se podrían contar.

Chema, increíblemente bien organizado. Ahora las casas no se hacen así de coherentes, y mira que deberíamos haber avanzado, pero pienso en esas casas que llevan en pie varios siglos... y sin una sola grieta, ummm, creo que vamos marcha atrás. Vale, eran muuuuy caras, pero con la tecnología actual...tsk.