lunes, 3 de diciembre de 2012

PERDIDO Y HALLADO


Basta con echar un vistazo desde arriba, como si nos asomáramos a través de la claraboya mirando cada rincón de la casa de muñecas. Así, uno observa cada espacio del edificio y las vidas que lo ocupan, testigo de los sentimientos de cada inquilino.
¿Cuántos significados puede tener la palabra "familia"?
Y van desfilando distintos tipos de relaciones: unas frías, otras dulces, vacías algunas, basadas en el interés otras (por miedo a perderlo todo), ilícitas, intensas o dañinas, y viciadas.
A veces las circunstancias empujan a una vida miserable de la que resulta imposible escapar, pero el modo de encararla lo elige uno. Y así, sus vidas se convierten en lo que ellos han dejado que se convierta. Dejándose arrastrar por los remordimientos y el desánimo, prisioneros de una existencia que aborrecen.
 
La lucha interna de la mujer que trata de definir sus sentimientos, el despertar de un niño a esa madurez incipiente que va soltando la venda de los ojos, el zapatero filósofo y pobre, las miserias de las familias supuestamente perfectas frente a la felicidad callada de los pobres, aquellos que aparentemente carecen de todo pero que en realidad tienen más que nadie.

Saramago maneja con sutileza el lenguaje y juega con él, como cuando describe la salita de uno de los personajes:
"Sobre el aparador, unas copas de vidrio lucían su brillo (...) Todo estaba deslucido, como si una capa de polvo, imposible de limpiar, ocultara brillos y colores. La lámpara distribuía la luz de tal modo que su función parecía, más bien, la de distribuidora de sombras. Tenía 3 brazos con los correspondientes globos; por economía, sólo 1 bombilla estaba encendida". (¿Es la descripción de una estancia o hablamos de una vida a media luz?).
Y retrata con maestría el perfil de cada personaje y de cada momento, de forma minuciosa y detallada, trasladando al lector con facilidad a la escena, que siente como si estuviera presente en ella.

Saramago entregó el texto a una editorial a los 31 años, pero no obtuvo respuesta hasta 40 años después. Tras permanecer años olvidada en el fondo de un cajón, le comunicaron que "sería un honor publicarla". Herido, declinó entonces la oferta y decidió que nunca se publicaría mientras él viviese.
La familia del escritor solía referirse a la novela como el Libro Perdido y Hallado en el Tiempo.
Hay quien piensa que rozaba algunas verdades incómodas para la época y que ese fue el motivo del rechazo.
Sea como sea, ahora acaba de llegar hasta nosotros.

6 comentarios:

Cloti Montes dijo...

Original reseña, me ha llegado.
Bssssssss
Cloti

chema dijo...

admiro la dignidad de saramago al negarse a publicar una obra que tiempo atrás le habían rechazado, o simplemente la habían ignorado.

Myriam dijo...

Qué buena reseña!

anele dijo...

Me alegro de que os haya gustado, Cloti, Myriam. Aproveché la inspiración del momento, recién terminada la lectura. Pero luego lo he retocado una y mil veces porque me sonaba pelín "engolado" (nada más lejos de mi intención).
Se podría decir que es un libro sin "trama", pero me gustó. Myriam, mi primer Saramago (otra más contestar a tu post de la semana pasada, ja, ja).

Pues sí, Chema, menuda mala leche (ya fuese olvido o rechazo). Qué menos que un "lo sentimos, no nos interesa". Esa forma de ser ignorado debe de resultar frustrante para un escritor.

Susana dijo...

Qué reseña más bien escrita Elena!! No he leído este libro de él, pero sí "Ensayo sobre la ceguera" que sin duda te recomiendo!!

anele dijo...

Me lo apunto, Susana!!