Si hay algo que me gusta del otoño y del comienzo del frío es que algunas calles empiezan a poblarse de puestos de castañas asadas.
Con la llegada del frío a la ciudad pronto comenzarán a verse las primeras castañeras faenando en sus casetas, removiendo los frutos sobre los rescoldos de los carbones y ahumando las esquinas con ese aroma tan particular que me remonta a mi niñez, cuando la yaya o mamá me compraban media docena.
Ya desde el primer instante comenzabas a disfrutar el ritual en el momento en que tus manos heladas se aferraban al cucurucho de papel, sólo unos minutos antes de arrancarte los guantes a toda prisa para empezar a disfrutar del banquete.
Cierro los ojos y casi puedo olerlo...
Perrunillas extremeñas caseras
Hace 5 horas
13 comentarios:
Que ricas¡ Y cuando te las pones calentitas en las manos para entrar en calor
Que ricas que huelen y que calidez le dan a las frias calles ¿verdad?
Hasta aquí llega el olor. Menkantan los olores del otoño, no sólo las castañas...los boniatos, los pimientos asados,mmmmmmmmmmmmmm
Bssssssssss
Cloti
castañas! castañas! ñamñamñam!
hace un rato he pasado por delante de un puesto de castañas asadas y he estado tentado de comprarme un cucurucho. qué ricasss!! y qué bien huelen...
en la zona del corte inglés de goya hay por lo menos dos puestos de castañas, todos los años están.
Que razon tienes... esos recuerdos son para toda la vida, por eso ahora intento que mis hijas lo disfruten, para que cuando sean como nosotras tambien puedan recordar todo lo que hicieron de niñas....
Tienes un pequeño premio, cuando quieras pasa a buscarlo...
BSTS
En mi ciudad son un clásico. La zona vieja se llena de olor a castañas y como a ti, me trae un montón de recuerdos de mi infancia. Yo no las suelo perdonar en mis paseos por la zona vieja.
¡Viva el otoño!
Yo como tu, cuando biena la epoca de castañas con su olor, me recuerdo a mi niñez y que buenas estan, como Cloti los boniatos tanbien me gustan?
Mira que a mi no me gustan las castañas, sin embargo, no hay cosa que más eche de menos que a la castañera que se ponía en la Glorieta de Bilbao cuando yo vivía en Madrid... El olorcillo sí que me gusta.
Es curioso, no me gusta su sabor y sí su olor...
Aquí no se ven tanto los puestos de castañas, o al menos, los que pueda ver, no me huelen de la misma forma.
Besos!
mmmmmmmmmmmmmm y me las meto en el bolsillo para sentir el calorcito,mmmm un olor inigualable.
MMMMmmm, qué bien has descrito todas las sensaciones Elena, me parecía estar disfrutando de unas ricas castañas...
Pues a mi siempre me gustaron pero últimamente siempre las relaciono con la fiesta de la Magosta que hacemos en mi cole, que siempre me tpoca a mi organizarlo todo, y el lío, los nervios... y han perdido parte de su encanto. A ver si el año que viene ya se encarga otra y vuelvo a disfrutar de las castañas...
Por cierto, recibiste el mensaje sobre el apadrinamiento por el facebook???
Chema, la de veces que habré ido al puesto de Goya (recuerdo el de la esquina del banco, ¿el otro dónde está?).
Muchísimas gracias, Kira, ahora me paso a recogerlo.
Ruth, tenemos pendiente un cucurucho en diciembre, ¿eh?
Susana, sí, ya me ha contestado tu tocaya. ¿No recibiste mi contestación por Facebook?
pues mira anele, uno está al lado de la casa del libro, doblando la esquina, creo que es el que tú dices. y otro, en la esquina de alcalá con conde de peñalver, al lado de una tienda de ropa. te los he marcado con un cuadradito verde sobre el plano, jejeje.
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