
O mejor dicho: "
Sunset Boulevard".
Porque sigo sin entender esa manía nuestra de cambiarle el título a las películas extranjeras.
Me pregunto por qué a una aficionada al cine en blanco y negro como yo no se le había ocurrido hasta ahora ver esta película. Tras un vistazo a la ofertas de la sección de DVDs, decidí que ésta merecía ocupar un lugar en la estantería entre mis clásicas. En buena hora.
Quedé prendada con la atmósfera asfixiante de la mansión y la riqueza de matices del personaje de Norma Desmond: ora atormentada, desvalida, ora dominadora; generosa y egoísta al mismo tiempo.

El guionista Joe Gillis conoce a una vieja gloria del cine mudo, acabada y olvidada, que le propone escribir el guión definitivo que supondrá su regreso a las pantallas por la puerta grande. Entre ellos se establece una extraña y asfixiante relación.
Gillis vivirá en un estado de esclavitud autoimpuesta, se siente "atado" a la única persona que se ha portado bien con él y los remordimientos le impiden abandonarle. A ellos se suma la figura del abnegado mayordomo, una suerte de estremecedor ángel de la guarda que vela día y noche por el bienestar de su señora, luchando sin descanso por mantener esa burbuja en la que el tiempo parece haberse parado. Un mayordomo que, como en todos los guiones, esconde un secreto.

Magníficamente recreada está la ostentación típica de las grandes estrellas, como esa imposible cama en forma de cisne, la tapicería del coche, la pantalla de cine en el salón o la excéntrica boquilla para los cigarrillos.
Norma necesita desesperadamente sentirse viva. Tan desesperada que es capaz de rebajarse a comprar ese amor que tanto necesita y al que no está dispuesta a renunciar.

La mansión donde se rodó en 1950 (que, por cierto, no está en Sunset Boulevard) era propiedad de la ex-mujer del magnate del petróleo Paul Getty. Apareció de nuevo en "Rebelde sin causa" (1955) y poco después fue derribada. El interior de la mansión se recreó en un decorado.
Dicen que Billy Wilder le concedía mucha importancia al guión y que no permitía a los actores cambiar ni una palabra. Lo que más le preocupaba durante el rodaje es que pensaran que estaba traicionando a sus compañeros y a su mundo, ofreciendo un retrato tan descarnado del mundo del cine. Se dice que tras el estreno, Louis B. Mayer, jefe de la MGM, se enfureció en el pase privado y se abalanzó sobre el director, insultándole ("you bastard!!"). Le horrorizó la imagen que se ofrecía de Hollywood y se enzarzaron en una agria discusión.
Los padres de Wilder habían fallecido en el holocausto, y probablemente este hecho dotó a sus películas de ese tono amargo y sarcástico suyo tan característico, presente incluso en sus comedias.

Gloria Swanson no fue la primera opción para el papel de Desmond. Se pensó en Mae West y después en Mary Pickford; agotadas ambas posibilidades, fue la sugerencia de George Cukor la que finalmente cuajó: Swanson aceptó el papel pensando que le ofrecían un rol secundario... ¿quién iba a quererla como protagonista? no hacía cine desde los años 30. Al igual que su personaje, estaba divorciada y había tenido varios maridos. Era perfecta para el papel, aunque a diferencia de su alter ego, ella sí había sabido llevar con más acierto su retiro de la gran pantalla.
El papel de Gillis fue escrito para Montgomery Clift, pero estaba inmerso en el rodaje de "La Heredera". De modo que pensaron en William Holden, cuyos inicios fueron buenos pero cuya carrera se encontraba ligeramente estancada. A Wilder le encantó la personalidad que escondía tras esa fachada de perfección.
Eric von Stroheim era perfecto. Fue un gran director en los años 20-30, hasta que el film "Avaricia" le hundió. Curiosamente, el film que los protagonistas visionan en el salón de la mansión es una película suya que rodó con Gloria Swanson, "La reina Kelly" (1928) y que precisamente los distanció. Pero ya no se guardaban rencor alguno. Siempre acudía al plató vestido con el atuendo de mayordomo, se sentaba en su silla y la arrastraba hasta acercarla a la cámara, fascinado con el trabajo de Wilder. Estaba arruinado, así que en cierto modo el papel era perfecto para él, un reflejo de su propia vida.
El contrapunto a la demencia lo pone Nancy Olsen en su papel de la aspirante a guionista Betty Schaefer, que refleja el lado humano de Hollywood. Quería una cara nueva y la encontraron.
Su escena del beso con Holden dió pie a una anécdota. El director invitó a la esposa del actor al rodaje y la escena duró una eternidad a los ojos de Nancy, pero tenía órdenes estrictas de no despegarse del actor hasta recibir la orden de Wilder. De repente se oyó una voz gritando: "¡corten, maldita sea, corten!". Era la Sra. Holden.

Aunque DeMille y Wilder no se llevaban bien, el 1º aceptó el papel; en realidad le encantó participar, representándose a sí mismo. En la escena del set de rodaje sacó a su propia plantilla, pues se encontraba rodando "Sansón y Dalila".
Otra memorable escena es la partida de Norma Desmond con sus amigos, entre los que se encontraba Buster Keaton entre otras viejas glorias del cine mudo.

Según los expertos, el hecho de que no ganara el Oscar es un reflejo del rechazo que la industria del cine sintió hacia el tema de la película. "Eva al desnudo" se llevó la estatuilla en su lugar.
Sin embargo, disfrutó de un gran éxito y a día de hoy ocupa la lista de las "imprescindibles".

Después de disfrutar de los extras de la película y de leer algo más sobre ella, no sabría decir cuál de los personajes me ha gustado más. Todos en conjunto conforman un elenco estupendo, y aunque Norma Desmond me encantó, creo que ese truculento mayordomo merece un gran aplauso también.
Joe: "Usted es Norma Desmond. Salía en las películas mudas. Era usted grande".
Norma: "Soy grande. Son las películas las que se han hecho pequeñas".