Apuesto a que dió la vuelta al mundo esta imagen del cuerpo sin vida de Marilyn enfundado en una bolsa del depósito de cadáveres.
Y de paso aprovecho la coyuntura para relatar unas cuantas anécdotas extraidas del libro "Éste rodaje es la guerra" a cuenta de la que fue una de sus últimas películas, "Con faldas y a lo loco" (1959) donde su director, Billy Wilder se volvió (valga la redundancia) literalmente loco.
Tantas ganas tenía Marilyn de volver a trabajar con él que firmó el contrato sin leer tan siquiera el guión; para cuando lo hizo era demasiado tarde. Al ver que desempeñaría de nuevo el papel de rubia tonta se arrepintió al momento. "He sido tonta, pero nunca tan tonta" al interpretar a alguien que ni siquiera es capaz de distinguir a 2 hombres travestidos. Como tampoco le gustó saber que se rodaría en blanco y negro, pero era la única de forma de hacer medianamente creíble el maquillaje de los dos actores; el color habría delatado el engaño haciéndolo resultar inconsistente y bufonesco.
Costó convencerla.
De modo que el rodaje ya comenzaba con mal pie... como lo demuestran los atracones a los que se entregaba y que ponían en peligro la figura de su personaje.
Marilyn recibió 300.000 dólares más un 10% de los beneficios (lejos de los 100.000 de sus dos compañeros de rodaje y de los 200.000 del director). Firmaron los contratos en abril de 1958.
Según Curtis, una día el encargado del vestuario pasó a los camerinos a tomarles medidas. Marilyn vestía bragas y blusa. El hombre pasó la cinta métrica alrededor de las piernas de la actriz: "¿sabe? Tony Curtis tiene mejor culo que usted". Entones ella se desabrochó la blusa: "pero no tiene unas tetas como éstas".
Lejos de la comicidad de la escena, lo cierto es que el rodaje se convirtió en un infierno. Wilder ya había experimentado los cambios de ánimo de la estrella en "La tentación vive arriba" pero éste que estaba a punto de iniciarse superó con creces al anterior. "Sabía que estábamos a mitad de vuelo y que había una chiflada en el avión".
Se negó a adelgazar los 10 kg que le pedía dirección y se molestó por tener menos planos y menos protagonismo que Curtis y Lemmon: "Cuando yo entro en una habitación, nadie va a fijarse en Tony Curtis interpretando a Joan Crawford. Todos van a mirar a Marilyn Monroe". Así que decidieron darle gusto y ampliaron el metraje de su 1ª escena, extendiendo el contoneo de Sugar por el andén e incorporando un chorro de vapor golpeando su trasero.
A menudo llegaba tarde, malhumorada, con frecuencia olvidaba el guión y de vez en cuando estallaba en medio de una crisis emocional. Curtis y Lemmon acusaban el cansancio de las repeticiones de escena; ella interrumpía constántemente las tomas por una palabra mal dicha o por estar convencida de que podía haberlo hecho mejor. "Algo que podría haber teminado en una hora se prolongaba hasta 3 días porque después de alguna toma se echaba a llorar y había que volver a retocarle el maquillaje", aseguraba Wilder.
Una escena donde ella llamaba a la puerta y decía "Soy yo, Sugar" hubo de repetirse 47 veces, aunque el récord lo ostenta la escena en que entra en la habitación de Josephine y Daphne, rebusca en los cajones y pregunta "¿Dónde está el bourbon?". 4o tomas depués y tras errores del tipo "¿dónde está la botella?" o "¿dónde está el whisky?" Billy optó por escribir la frase en el cajón. El problema es que luego no recordaba en qué cajón debía leerla y hubo que escribirlo en todos. Tras el intento nº 73, le llevó aparte y le tranquilizó: "No te preocupes, lo conseguiremos", a lo que ella contestó: "¿preocuparme? ¿por qué?". Wilder se quedó helado. Eso le destrozó.
Entre tomas un ayudante le entregaba un termo para refrescar la boca (a veces contenía café, otras vermú o ambos).
Finalmente la toma nº 83 fue la definitiva. Cuatro simples palabras que la encumbraron como la 3ª secuencia más repetida de la historia del cine.
Lemmon recuerda que su felicidad era palpable y que de un modo u otro, les afectaba a todos: "Su infelicidad era tan tangible que resultaba contagiosa. Esperarla en el set me ponía furioso aunque nunca lo mostré. No salía de su camerino hasta que se sentía preparada psicológicamente. Pienso que allí se metía vino y cosas que no ayudaban pero estoy seguro de que no afectaba a su forma de actuar porque era maravillosa".
Marilyn se quedó embarazada poco antes del rodaje (aunque muchos, entre ellos sus compañeros, no llegaron a saberlo). Era un bebé muy ansiado y no estaba dispuesta a arriesgar nada ni a exponerse a sufrir un 2º aborto, así que si necesitaba dormir más no le importaba llegar con retraso al set. Algo paradójico si se tiene en cuenta que para paliar sus problemas de insomnio se entregaba a los barbitúricos.
Pero los retrasos y ausencias eran constantes. Una enfermedad la alejó del rodaje durante 2 semanas. "Antes la llamabas a las 9 y aparecía a las 12. Ahora la llamas en mayo y se presenta en octubre". Mientras, decenas de personas la esperaban y finalmente llegaba diciendo: "Lo siento. Me he perdido de camino al estudio". Decía Wilder, "Siete años viniendo al estudio y se perdía por el camino. Al principio no me lo creía. Luego fue peor: sabía que me estaba diciendo la verdad".
Marilyn le culpaba de las repeticiones; a ella le gustaba cambiar cosas para mejorar su interpretación pero él insistía en ceñirse al guión y seguirlo al pie de la letra, lo que provocó constantes desavenencias entre ambos. Monroe le apodó "pequeño Hitler".
La toma definitiva siempre estaba supeditada a la mejor interpretación de la actriz, nunca a la de sus compañeros, lo que lógicamente les causaba una inmensa frustración. Con frecuencia el director les suplicaba que diesen lo mejor de sí mismos en cada toma, porque una vez que ella consiguiera hacerlo bien, no estaba dispuesto a repetirla.
El rodaje en los exteriores en Coronado tensó más el ambiente. Arthur Miller sólo permitía a su esposa trabajar por las mañanas pues estaba agotada para soportar el calor del mediodía. Algo difícil de conciliar con sus constantes retrasos matinales. Aunque de poco sirvieron las precauciones tomadas, ya que Marilyn abortó poco después de terminar el rodaje, acelerando el declive de su matrimonio, que desembocaría de nuevo en un sonado divorcio 2 años después.
Según Curtis, "estaba como una regadera. Tenía el cuerpo de una mujer y el cerebro de un niño de 4 años".
Cuando por fin finalizó el rodaje el 6 de noviembre de 1958 (a cuya fiesta Marilyn no fue invitada) con 3 semanas de retraso y un incremento del presupuesto de 50.000 dólares, Wilder parecía aliviado: "Estoy comiendo mejor y por fin puedo mirar a mi esposa sin tener ganas de matarla por el mero hecho de ser mujer". Esto da una idea bastante aproximada de lo desquiciado que llegó a sentirse. Por aquel entonces, apenas se hablaban ya.
¿Por qué entonces aguantó semejante comportamiento? "Porque Miss Monroe tiene un cerebro de queso gruyère, senos de acero, es muy buena en su papel y a mí me van a pagar un cuarto de millón de dólares". Al preguntarle si volvería a trabajar con ella contestó: "He hablado de esa posibilidad con mi médico y mi psiquiatra y me dicen que soy demasiado viejo y demasiado rico para pasar otra vez por ésto".
Aunque estaba harto de su comportamiento, Lemmon era incapaz de hablar mal de Marilyn: "me costó 2 semanas acostumbrarme a ella". Y recuerda un comentario del director: "Con esta chica puedes hacer muchas más tomas de las necesarias, pero cuando finalmente consigue hacer una escena, vale la pena". A pesar de sus desavenencias, nunca se arrepintió de haber trabajado con ella. "Yo no tenía problemas con Marilyn. Ella tenía problemas consigo misma".
Curtis, sin embargo, fue menos benévolo. En una escena en que ambos se dedican arrumacos y finalemente se besan, las 27 tomas lo enfurecieron tanto que acabó declarando que "jamás me había aburrido tanto. Me ha hecho el mismo efecto que si hubiera besado a Hitler". Ela replicó que "sólo dijo eso porque yo llevaba vestidos más bonitos que los suyos".
Las críticas se lanzaron en masa a vitorear el resultado y a elogiar el trabajo del director y de los actores. La interpretación de Marilyn fue premiada con un Globo de Oro.
Una mujer llena de contrastes. Decidida e insegura. Exuberante y al mismo tiempo inocente. Tocó el cielo y el infierno. A la búsqueda de una felicidad y una estabilidad que nunca logró.
Como ella misma aseguró: "Hollywood es un lugar en el que te pagan 1000 dólares por un beso y 50 centavos por tu alma. Lo sé porque rechacé con bastante frecuencia la primera propuesta y acepté demasiadas veces las segunda".
Marilyn, o mejor dicho, Norma Jean Baker, 1/06/1926 - 5/8/1962
7 comentarios:
Un artículo estupendo, Anele. Me lei creo que a principios de este año o puede que el año pasado la autobiografía de Tony Curtis (la ultima) y tambien contaba algunas de las anecdotas que dices aqui. Y en la autobiogradia de Errol Flynn tambien habla de ella bastante, ya que salieron juntos un tiempo... cuando ambos llegaro a hollywood y estaban contratados "de relleno" en los estudios.
anele, es muy interesante esta entrada. el año pasado escribí en mi blog un resumen de la película 'con faldas y a lo loco', y recuerdo que en uno de los comentarios contaste lo del mal comportamiento de marilyn monroe durante el rodaje. pero esta vez lo has ampliado más.
bueno, en esta película en realidad todos los personajes son tontos/as, porque nadie se da cuenta de que las dos "chicas" son dos maromos disfrazados. si no, no habría película. y ahí está su punto surrealista y cómico.
marilyn debía de ser muy infeliz. es curioso como la fama y la riqueza no dan la felicidad. sería curioso poder ver en el interior de las personas célebres...
Me encanta esta película y siempre me rio un montón con ella pero no tenía ni idea de lo dificil que había resultado su rodaje. Un post muy interesante, Anele
Ruth, pues la autobiografía de Errol Flynn debe de ser superinteresante, porque según he leído era para echarle de comer aparte también...
Sí, Chema, creo que es imposible imaginarse lo infeliz que fue siempre. Era como una muñeca rota.
Gracias Geno, a ver si hago un revisionado un día de éstos. La verdad es que es muy divertida.
Es de esas pelis que no quito del ipod, sencillamente me encanta. Y no me canso de leer sobre ese rodaje. Las frases de Billy Wilder son siempre geniales.
Esta película es una de mis favoritas. Todos los protagonistas están insuperables, pero es que eran "insuperables". Teniendo en cuenta los problemas que tenía la Monroe, que no eran pocos, hacía unos papeles magníficos. Es el icono de la mujer por excelencia en una época en la que había actrices exuberantes y maravillosas en Hollywood por doquier. Si como dicen algunos, solo hubiera sido un cuerpo bonito con una mente vacía, no hubiera durado dos telediarios.
La imagen del andén que comentas, es una de las más conocidas del cine. Es la femineidad hecha realidad. Un mito no nace de la nada.
PEro eso no quita, que a mi siempre me da mucha pena cuando se habla de ella, de la verdadera Monroe, de Norma Jean Baker. Seguramente no era tan tonta como la pintan, más bien debía tener tan graves problemas psicológicos, en una época en la que no se sabía nada de ellos, que le entorpecían la supervivencia. Intentaba salir del pozo y la volvían a hundir porque se cogía a las cuerdas que no debía.
Adoro a Billy Wilder, pero conociendo los problemas de Monroe durante esos años, que ya eran legendarios, debía esperar el rodaje que tenía por delante.
Muy buen post Anele, como siempre, te sales :)
Que buen artículo.. me encantaba Marilyn...
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