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Hace varias semanas mi 50% me enseñó unas fotos que había encontrado curioseando por Internet. Le llamaron tanto la atención que quiso compartirlo conmigo. Estuvimos leyendo fascinados la historia de esta peculiar ciudad de Anatolia (Turquía) y que hoy en día es uno de los lugares más visitados en la Capadocia. Me anduvo rondando por la cabeza la idea de escribir algún día un post, así que aprovechando que hoy es día de fiesta he decidido ponerme manos a la obra y viajar un poco sin gastar un duro.
La región (fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985) tiene unas características geológicas muy particulares y la erosión ha contribuido a esculpir formas caprichosas en las rocas que por su porosidad y propiedades las hacen fáciles de horadar, gracias a lo cual se construyeron cientos de cuevas artificiales. Su situación geográfica también lo propició, al formar parte de las rutas comerciales y por tanto, blanco fácil para las invasiones. Probablemente fue la razón de que se construyeran auténticas ciudades subterráneas donde ocultar a la población y esconderse del invasor.

Una obra maestra de la arquitectura, si se tiene en cuenta que contaban con todo tipo de infraestructuras para facilitar la vida de sus moradores: panaderías, pozos de agua, comedores, establos, prensas para el vino, escuela, bar, almacenes, habitaciones, ... todo ello excavado en distintos niveles (cerca de 20, de los cuales solo una décima parte son accesibles al turismo hoy en día) tal y como puede apreciarse en el esquema bajo estas líneas. Y con un inge-
nioso sistema de ventilación formado por una red de conductos que garantizaban la renovación del aire.
Un entramado de túneles y escaleras comunica entre sí los distintos niveles y habitáculos,
suficientemente extensos como para albergar hasta diez mil personas.

Se han descubierto 3 zonas de acceso, estratégi-
camente situadas y protegidas por pesadas puertas circulares de piedra, y un túnel de unos 8 km de longitud que comunica con otra de las 36 ciudades subterráneas que pueblan la región: Kaymakli.
Una muestra evidente de que nada fue desarrollado al azar, sino perfectamente planteado para garantizar la supervivencia y la huida en un lugar de condiciones tan adversas.

¿Interfonos en Derinkuyu? Por supuesto, claro que no como los que conocemos actualmente. Es posible encontrar conductos de unos 8 cm de diámetro que suben hacia la superficie, desde donde cualquiera pude dar instrucciones que se oirán con total nitidez 30 metros abajo.
Ante la imposibilidad de ataque, en ocasiones los invasores recurrieron a a envenenar los pozos de agua, aunque es probable que sus habitantes ya conocieran por entonces la existencia del río subterráneo que discurre bajo la ciudad, garantizando así su supervivencia.
Actualmente las excavaciones arqueológicas (que comenzaron en 1963) han alcanzado los 40 metros de profundidad, pero es probable que aún queden nuevas galerías y niveles por descubrir.
Poco se sabe del orígen de esta ciudad; parece ser que, aunque se remonta al siglo VII, los primeros niveles podrían ser incluso más antiguos, de la época de los hititas allá por el 1850 a.C.
Muchas teorías acerca del cuándo y por qué, pero hasta ahora ninguna ha conseguido demostrar nada. Demasiados misterios sin explicar. Las pesadas ruedas de piedra que discurren por profundos carriles con el fin de bloquear los accesos son de un material totalmente distinto a la roca de los túneles, mucho más duras. Demasiados pocos aseos y fosas sépticas para tan extensa morada; demasiadas pocas cocinas (tan sólo 4 o 5)... ¿quizás por miedo a alertar al enemigo con el humo? Quizás sólo se utilizaban para ocultarse por un tiempo breve.
Otro curioso descubrimiento: hay vestigios de enterramientos que se remontan a la época paleo-cristiana. ¿Por qué no enterrarlos en los cementerios de superficie?
Y de repente todo termina allá por el siglo VIII. Se abandona la ciudad, se clausuran los accesos y nadie vuelve a saber nada de ella hasta 1963. Sin referencias escritas ni documentos que den fe de la existencia de una ciudad subterránea de 4,5 km cuadrados de superficie.
Pero no es la única. Se cree que existen cerca de 200 (hoy se conocen 36) que pudieron albergar en su época de máximo apogeo a un millón de personas; y se han localizado cerca de 60o entradas a estos curiosos hormigueros humanos que pueblan la región.
Fotos: cassioandro, wikipedia, ovejaseléctricas.com, Tom Brosnahan