viernes, 29 de mayo de 2009

LA RELIGIÓN EN JAPÓN

Me apetecía escribir este post porque la religión en Japón tiene muchos matices que a ojos de un occidental resultan muy curiosos y, en mi opinión, más cargada de simbología que las religiones europeas.
No soy ninguna experta en el tema, así que reseñaré algunas de las cosas que he visto y que me han explicado, sin ánimo de dar ninguna clase magistral sobre el tema.
El sintoísmo es la religión original, aunque no sea exactamente una religión ni tiene fundador, sino más bien un culto a las fuerzas de la naturaleza, donde cada una de ellas es representada por un dios (kami). Ni siquiera tenía nombre hasta que llegó el budismo y es entonces cuando hubo que asignarle uno para distinguirlas.
El budismo se "importó" hacia el siglo VII, procedente de la India a través de China y Corea, coexistiendo pacíficamente con el shinto excepto durante la 2ª Guerra Mundial, en que el budismo fue prohibido por proceder del extranjero. Se entiende más como un estilo de vida que como una religión ya que, estrictamente hablando, carece de dioses, aunque a Buda se le acabara adorando como a un dios.


Una forma de distinguir un templo budista de un santuario sintoísta es por su entrada: en el santuario siempre nos da la bienvenida una torii (puerta) que marca la separación entre la zona sagrada y no sagrada. Está formada por dos columnas verticales (ver imagen superior) unidas en lo alto por dos travesaños. Las hay en madera virgen aunque normalmente están pintadas en rojo.
En los templos la entrada consta de varios pilares unidos por un tejado escalonado y
normalmente en su interior está flanqueada por 2 vigilantes, encargados de proteger el templo y a sus fieles.


Tras la entrada del santuario encontraremos una fuente donde los fieles deben purificarse (ver post anterior) recogiendo agua con el cucharón y enjuagando las manos (1º la izquierda, luego la derecha) y finalmente la boca (que se escupirá fuera de la fuente). Se accede después al vestíbulo de oración (frente al principal), se echa una moneda en la caja de ofrendas y se toca el gong con la gruesa cuerda que cuelga de él para convocar al dios. Se reza, se dan dos palmadas, se hace una reverencia y se abandona el santuario.

Hay muchas ofrendas, principalmente barriles y botellas de sake entregadas por empresas y bodegas que piden por la prosperidad de sus negocios.

Tras la entrada de los templos budistas hay inciensarios donde (previa entrega de un donativo) los fieles clavan los palillos perfumados y se purifican con el humo del incienso, atrayéndolo hacia sí y frotándolo en las zonas aquejadas de algún mal.


Como he reseñado al principio, tanto en unos como en otros hay multitud de simbolismos y tradiciones, ofrendas, amuletos... como las tablillas con el nombre de los particulares que hacen sus donaciones:


o los papelillos de la suerte: se escoge un papel (previo donativo monetario, claro) donde está escrita tu suerte; muy buena, normal, regular o mala. En este último caso se dobla y se cuelga de los cordeles para que los dioses se la lleven lejos.


Otra opción es comprar las típicas tablillas (ema) , escribir tu deseo y colgarla bajo el árbol sagrado para que el dios del templo pueda leerla y cumpla tu deseo.

Y abundan los amuletos. Originalmente sintoístas, el budismo acabó adoptándolos también, y hoy es posible comprarlos en cualquiera de los dos. Por un lado está el omamori (creo que significa "proteccion"), pequeños trozos de papel o tela con el nombre del dios protector para la ocasión (estudios, amor, salud, accidentes en carretera...) junto con una oración, que están introducidas en unas bolsitas de tela con el nombre del templo por un lado y del dios por el otro. Se cuelgan del cuello, del espejo retrovisor, del móvil, de las carteras escolares... Nunca hay que abrir la bolsita (rompería la protección) y dura para siempre, aunque hay quien prefiere cambiarlo a menudo; en ese caso hay que quemar el antiguo hasta destruirlo por completo.


Son tan populares entre los adolescentes y niños que incluso pueden encontrarse con la imagen de la embajadora del Japón por excelencia: Hello Kitty.


El otro tipo de amuleto en el ofuda, en forma de tablilla de madera o de tira de papel, que se emplea para proteger el hogar. Lleva escrito el nombre del dios y una oración para atraerle, a veces con sellos estampados que representan a la deidad. Son caligrafías muy bonitas.
Éste nos lo entregaron junto con la entrada del Templo Dorado (ver post anterior):

Y otra de nuestras adquisiciones fue un rosario budista. Se usan, al igual que los nuestros, para contar oraciones sagradas o mantras. Suelen tener 108 cuentas (resultado de multiplicar las 12 casas astrológicas por los 9 planetas del sistema solar) aunque los de muñeca tienen 22 o 27.
Ambas religiones coexisten por igual y si bien hay japoneses sintoístas o budistas, hay gran número de ellos que son fieles a ambas religiones.
A diferencias de la nuestra, su relación con ellas, en lugar del rezo, se traduce principalemente en comprobar qué suerte se va a tener y en acudir a realizar peticiones. Una actitud bastante más práctica y que deja menos margen para el fanatismo, según mi opinión.

7 comentarios:

Cloti Montes dijo...

Un post muy interesante y nada pesado. Me tienes enganchadita.
Bsssssssssssss
cloti

Unknown dijo...

Estoy enganchadita a tu viaje¡¡¡ Que bien lo cuentas hijaaaaa¡¡¡¡ Que parece que voy viajando contigo¡¡¡ Te tendria que contratar andaluces por el mundo y callejeros viajeros¡¡¡¡¡
Que santa Hello Kitty nos proteja y nos tenga en su gloria¡¡¡ Amén¡¡¡¡¡

anele dijo...

Amén.

Inma dijo...

Si casi parece que he estado allí...

Elphaba dijo...

Esto emocionadita con tu viaje. La mayoría de las cosas las sabía porque me estoy 'documentando' mucho sobre el tema para cuando vaya yo a final de verano, pero el verlas contadas por alguien que conozca en primera mano me pone a dar saltos.

Geno dijo...

Nos tienes a todas encantadas con tus post japoneses, jajajjaja. Este de la eligión, muy interesante. Ahora voy a tu segundo dia

chema dijo...

es curioso cómo en japón conviven esas dos religiones en armonía. supongo que va en el carácter de los japoneses, que son gente pacífica. es verdad lo que dices, entienden la religión como un conjunto de símbolos y rituales para invocar la buena suerte, la energía positiva, o lo que sea... y tienes razón en que eso no da lugar a tantos fanatismos como ocurre con otras religiones...