En mitad de la Gran Vía se abre la Plaza del Callao, donde hoy pervive tan solo el fantasma de este curioso inmueble, que más allá de sus funciones turísticas será siempre recordado como cuartel general de la prensa internacional del Madrid republicano durante la Guerra Civil.
Este lujoso hotel, obra del genial Antonio Palacios (en colaboración con los ingenieros Torán y Harguindey) estaba ubicado justo enfrente del cine Callao. Con una fachada recubierta en mármol blanco, para su interior no se escatimó en recursos: baño privado en cada una de sus 200 habitaciones, calefacción central y teléfono y un lujoso mobiliario. Inaugurado el 1 de febrero de 1924 ante la presencia de ilustres personajes, destacó por dar cobijo a las crónicas de guerra de los escritores Ernest Hemingway o John Dos Passos, que relataba así su experiencia:
"Hombres y mujeres a medio vestir huyen precipitadamente de las habitaciones del frente, arrastrando maletas y colchones hacia las habitaciones traseras".
Palabras muy similares a las escritas por Hemingway desde la habitación 109: "La puerta de mi cuarto está abierta; se escucha el tiroteo del frente a unas cuantas manzanas del hotel. Tiros de fusil toda la noche. Es una suerte estar tumbado en la cama en lugar de Carabanchel o la Ciudad Universitaria".
Base de operaciones de fotógrafos como Robert Capa o reporteros como Herbert Matthews (del "The New York Times"), Martha Gellhorn (de la revista "Collier's", que mantuvo una breve relación con Hemingway) u O'Dowd Gallagher (del "Daily Express"), el único que esperó hasta la entrada de las tropas franquistas y que a punto estuvo de ser fusilado.
Se dice que era famosa la reserva de comida y whisky que el premio Nobel de la literatura almacenaba en su habitación, al igual que las numerosas botellas de vino (compradas a los anarquistas y previamente robadas del Palacio Real) que el corresponsal Sefton Delmer (también del "Daily Express") ocultaba celosamente en su cuarto de baño.
Aquel hotel resistió estoicamente los impactos de los proyectiles pero fue incapaz de vencer el embate del urbanismo moderno y fue derribado en 1964 dando lugar a un horrendo edificio que acogería a los grandes almacenes de Galerías Preciados, siendo recomprado años después por el Corte Inglés, su principal competidor.
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Hace 8 horas
6 comentarios:
fíjate qué curioso anele, hasta llegar al final de la entrada no había caído en la cuenta de que era el edificio de galerías preciados de callao, que recuerdo muy bien cuando era de galerías...
si ese edificio era una especie de sede de la prensa pro-republicana durante la guerra civil, era de esperar que en el régimen de franco se tratara de borrar ese pasado. está claro que lo hicieron...
Me encantan estas curiosidades
En todas las ciudades de ESpaña donde había un Galerías Preciados, el edificio heredó el nombre y mientras vivamos los que lo recordamos se seguirán llamando así, aunque el CI se quedara con el sitio. Lo mismo ocurre con Simago XDD
Bsssssss
Cloti
Sí CLoti, yo sigo empleando el término "Galerías" para diferenciar los edificios del "Corte" originales y heredados.
A mí me encantan también este tipo de cosas, Lily.
Ya ves, Chema. Nada que ver con el aspecto original. Lástima que lo "sentenciaran". Y siendo de Antonio Palacios eso es un verdadero crimen.
Joer y yo intentando recordar donde está el hotel... hasta que has dicho que lo han derribado, claro... ya iba yo a desempolvar las fotos de todos los edificios de Callao y Gran Via que he hecho en los ultimos años, XDDD
Pues menos mal que has seguido leyendo hasta el final XDDD
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