Tras la Guerra Civil se crea la Junta de Reconstrucción de Madrid, como parte de una necesaria política urbanística que pretende ampliar los límites del término municipal, anexionando municipios como Fuencarral, Hortaleza, Carabanchel y Vallecas (entre otros), crear una circunvalación y 6 nuevos accesos a la capital, crear cinturones verdes y construir edificaciones representativas.
En esoso momentos la Gran Vía se denomina Avenida de Jose Antonio (en honor al fundador de la Falange) y el régimen franquista planea dotar al segmento final de la calle de un estilo neoyorquino que simbolice el progreso de la nación.
El proyecto nace en 1947 con la idea de levantar un edficio colosal que supere, con sus 117 m de altura, al que hasta entonces era el más alto de Madrid: el edificio Telefónica, de unos 88 m. Aunque sería desbancado tan solo 4 años después por la Torre de Madrid.
En marzo de 1948, la Compañía Inmobiliaria Metropolitana adquiere un solar del lateral de la Plaza, en la confluencia de la Av. de Jose Antonio con Princesa. Se ocuparon del proyecto los arquitectos donostiarras Joaquín y Julio Otamendi Machimbarrena, en colaboración con su hermano Jose María (ingeniero), aunque Joaquín (de 74 años y compañero de promoción de Antonio Palacios) apenas invierte en él.
El gracejo popular pronto le asignó el sobrenombre de "el Taco", por el improperio de admiración que salía de la boca de quienes lo veían por primera vez.
Su característica fachada, de unos 105 m de ancho, se encuentra escalonada en 4 alturas y ocupa el frente de la Plaza de España.
En julio de 1953 culminó la construcción de este edificio de 26 plantas, que albergaba un centro comercial (formado por 34 tiendas), viviendas, un hotel de 4 estrellas (el Crown Plaza, que ocupaba 17 plantas) y restaurante y piscina en la última planta. Contaba con aljibes: uno en la torre, 2 en la planta 20 y otro en la 12, que junto con la piscina sumaban 500 toneladas de agua.
El coste ascendió a unos 210 millones de las antiguas pesetas (cerca de 1,2 mill de €) y contó con financiación del Estado. Las crónicas de la época afirman que tenía 4 mil puertas y 3 mil ventanas.
Actualmente es propiedad del Banco de Santander (que ha interrumpido las obras) y se enfrenta a una reforma que ofrecerá 319 viviendas de lujo en régimen de alquiler (mayoritariamente de 1 y 2 dormitorios) entre las plantas 6 y 25 y un hotel (ubicado entre las plantas segunda y sexta más la azotea).
Sólo la planta baja (con sus escalinata y revestimientos de mármol), la fachada y los 32 ascensores, conservarán su aspecto original.
8 comentarios:
Este edificio sí que recuerdo haberlo visto en alguno de mis viajes a Madrid y también la anecdota del taco, que alguien me contó (aunque no recuerdo quien...)
es un edificio curioso, con una forma escalonada muy característica. fue concebido con objetivos más bien megalómanos, pero bueno, ha perdurado como otro símbolo de madrid.
excelente post, anele. otra cosa que he aprendido es cuándo se añadieron a la capital municipios como vallecas o carabanchel.
Una vez entré al edifício buscando una oficina. Era un laberinto de pasillos estrechos, mal iluminados y malolientes. Pero de eso hace muchos años, antes de la remodelación.
En Las Palmas también hay un edifício que se le conoce como la casa de -oño, por la expresión de la gente del campo cuando lo veían. Fue el primer edifício alto aunque no creo que tenga mas de 10 pisos.
Pues entonces es igualito que lo que sucede cunado desde la plaza del Ayuntamiento de Arcos te asomas desde el apropiadamente llamado Balcón del Coño, porque tienes una vista desde lo alto del barranco que no puedes evitar decir eso mismo: Coooooño!!!!
ayer dejé un comentario que se ha borrado por la avería generalizada de blogger, en mi blog también se han borrado algunos... decía que este edificio se concibió con cierto afán megalómano, de grandeza, pero lo que cuenta es que ha perdurado como un símbolo más de madrid. y decía que otra cosa que aprendí leyendo esta entrada es cuándo exactamente se anexionaron a la capital municipios como vallecas o carabanchel.
Pues fíjate, Geno, que yo no había escuchado nunca la anécdota.
Ya, Inma, pero en la época 10 pisos era una barbaridad. Lo mismo que éste, y mira ahora comparándolo con las torres nuevas del final de la Castellana. Yo entré una vez por el lateral, a la oficina de turismo de Italia y lo recuerdo como un lugar absolutamente tétrico, lleno de pasillo, como dices.
Me asomaré cuando vaya por allí, Ruth.
Chema, pues no me había enterado del problema de bloguer. Leí tu comentario en mi bandeja de entrada. Resulta ahora chocante que barrios como Vallecas o Carabanchel antes fueran pueblo de la periferia. Recuerdo que uno de los últimos (antes de la expansión brutal del metro de Madrid) fue Vicálvaro. Mis primos vivían allí y ahora te plantas en "el barrio" en 15 min con el metro.
Y sí. las pretensiones con la Plaza de España eran absolutamente megalómanas. Franco quería algo equivalente al Manhattan neoyorquino (salvando las distancias, ejem).
Y q sabeis d lo q cuentan del. Fantasma d ese edificio?
No tengo referencias del tema, lo siento.
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