viernes, 15 de abril de 2011

LA BODA DEL SIGLO

No sabemos si será la boda del siglo. La de sus padres no cabe duda de que sí lo fue; aunque el cuento de hadas no tuvo final feliz.


Lo que no deja de resultar paradójico es que la monarquía más seria del continente sea al mismo tiempo la que dé lugar a los souvenirs más frikis (y en algunos casos hasta esperpénticos).


Comenzamos por la idea que ha tenido Fiona Goble, que ha editado un librito donde nos ofrece un tutorial para que podamos tejer nuestra propia boda real. Los amantes de la calceta ya podrán ocupar sus horas de asueto y convertir la espera hasta el próximo 29 de abril en un auténtico "coser" y cantar.


Y, cómo no, no podía faltar la clásica muñeca. Mide 40 cm y reproduce el atuendo que la futura princesa lució el día de su pedida de mano. Es, sin duda, la favorita de las niñas británicas.

Siendo los británicos unos auténticos amantes del té, parece lógico pensar que uno de los regalos favoritos será sin duda el de estas bolsitas de té, que permitirán a más de uno presumir de haber compartido merienda con los contrayentes.

Dejando florecer la vena friki, nos encontramos con esta sorprendente (y tremendamente hortera) manicura. Aunque la verdad es que quedará pelín antimonárquico contribuir a que la pareja real se esfume a golpe de acetona. Oops.

Quien quiera celebrar la noche de bodas ofreciendo apoyo logístico, podrá hacerlo con todo el glamour que caracteriza a estos preservativos, que según sus fabricantes "son distinguidos condones que combinan la fuerza de un príncipe con la sensibilidad de una princesa para dar un placer real". Con esta publicidad ¿quién se resiste a probarlos?

Aunque sin dudarlo, de entre todos los cientos de miles de regalos (incluídas las tazas realizadas en china en las que por error han colocado junto a la Middleton la foto de su cuñado Harry) me quedo sin duda con el más insólito de todos ellos: las bolsas para vomitar. Lo que no acabo de comprender es si pretenden ser una ayuda para aquellos asistentes que se pudieran sentir indispuestos bajo la solanera y la tensa espera que hará que los nervios "se les agarren al estómago" al paso de la comitiva real (ainsssporDiosqueemociónmásgrande) o si por el contrario su función es la de proporcionar un auxilio sanitario para los antimonárquicos.


Aunque las posibilidades de que en abril la canícula se "deje caer" por Buckigham (estamos hablando de Londres, por Dios) es algo remota, ¿no creen? sobretodo teniendo en cuenta que los anarquistas andan algo revolucionados, como comentan aquí. ¿Las habrán fabricado pensando en ellos? Uf, espero que no. Una vomitona colectiva no quedaría nada cool.

Claro que lo que de veras sería relmente divertido, sería verles desfilar por el pasillo de la iglesia de esta guisa.

2 comentarios:

chema dijo...

ufff, desde luego, esos artículos de "merchandising monárquico" tienen doble filo, y uno podría pensar que han sido ideados por los republicanos más acérrimos. ;)
en cualquier caso, seguro que la boda generará expectación para unos y otros.

Geno dijo...

Lo que está claro es que el que no saca tajada es porque no quiere ¡menudos inventos, jajajaja!