jueves, 3 de noviembre de 2011

10 AÑOS

Octubre 2001.


Alba Lucía.


Es el nombre que "despierta" en mi mente al recordar la Loggia dei Lanzi, un museo al aire libre que nos ha ofrecido refugio tantas tardes de lluvia, compartiendo confidencias, observando el ambiente que bulle a diario, mimetizándonos con el estatuario y convirtiéndonos así en espectadoras imparciales, en testigos de ese deambular ahí abajo, en la piazza.

A la sombra de Perseo y Medusa, cómplices de nuestros cuchicheos.


Así se fue forjando, a fuerza de conversaciones y respeto mutuo, una bella amistad, un hermanamiento.


Te echo de menos, Alba.
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Octubre 2011.


Diez años.


Miles de recuerdos borbotean de nuevo en mi cabeza.


Cervezas compartidas en la escalinata de la Santissima Annunziata, un Charlot iracundo y risas de espectadores, viajes, helados de yogur, las interminables caminatas al supermercado, ¿cenamos en tu casa o en la mía?, migliaia di zanzare schiacciate nelle parete della stanza, visitas a una convaleciente con varicela, un compartimento de tren con una botella de Baileys, almuerzos baratos en la "mensa", y las puestas de sol en el Piazzale Michelangelo (con "vino e panino").


Y una despedida en septiembre de 2001.


Seguida de un reencuentro en octubre del 2011.


....Después de todo, Colombia no está tan lejos.

Aunque breve, que sepas que me ha encantado volver a verte, hermanita,... diez años después.
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7 comentarios:

Geno dijo...

¡Oooh, que bonito! Un reencuentro después de 10 años y ¡a qué parecía que no había pasado tanto tiempo? Seguro

Inma dijo...

Tengo la piel de gallina.

Candela. dijo...

Que bonita te ha quedado esta entrada. Parece el capitulo primero de una interesantisima novela.

Candela. dijo...

Por cierto, ess rinconcito de Florencia me encantó. Tambien me pilló la lluvia.

Anónimo dijo...

Geno, la verdad es que no parece que hayan pasado tantos años.

Inma, me conmueve haberte puesto la piel de gallina.

Ruth,me alegro de que te haya gustado. La verdad es que Florencia está repleta de rincones bonitos.

Lo malo del lugar es que no se podía subir con comida, así que teniamos que terminarnos los helados de pie en la plaza (no hay ni un banco en el centro de la ciudad) hasta poder subir a sentarnos entre las estatuas.

Anele.

Elphaba dijo...

Hay encuentros maravillosos en esta vida. A veces poco tiempo es suficiente para dejar una huella imborrable, y para hacer que un reencuentro muchos años después sea como si no hubiera pasado el tiempo entre esas dos personas.
A veces las conexiones son tan fuertes que el tiempo y la distancia no las estropean.

chema dijo...

qué bonita entrada, anele. me alegro de que te hayas reencontrado con esa persona especial para ti. está bien que la distancia no apaga ciertas relaciones.