domingo, 15 de febrero de 2009

SANTANDER EN LLAMAS



16 de febrero de 1941.

Un fuerte temporal azota la ciudad desde el día 15 con fuertes vientos que llegan a alcanzar los 140 km por hora. En la madrugada del 16 se origina un incendio que destruirá una tercera parte del casco urbano. Al parecer, comienza en una cocina de carbón en un inmueble de la calle Cadiz; de ahí que años después se le conociera como el "incendio andaluz" por empezar en Cadiz y terminar en la calle Sevilla.

El temporal intensifica las llamas y el incendio se extiende rápidamente, destruyendo por completo el núcleo medieval, incluida la catedral, que no se reabriría hasta 1953 tras un largo proceso de restauración.


La magnitud de las llamas fue tan
demoledora que hubo que movilizar a bomberos
de otras provincias ; las labores de extinción ocuparon casi tres días y 15 en sofocar por completo los rescoldos.

Las cifras son abrumadoras: 37 calles afectadas, cerca de 400 edificios que componen un total de unas 2000 viviendas (el 90% del comercio destruido pues prácticamente se concentraba en el centro histórico) y 14 hectáreas totalmente arrasadas. Miles de familias perdieron sus hogares y sin embargo, a pesar del dramatismo del suceso, sólo hubo que lamentar una víctima mortal: el bombero Julián Sanchez García, fallecido en el hospital de Valdecilla a consecuencia de las heridas sufridas por el derrumbamiento de una fachada.

El país enteró se movilizó para enviar ayudas a los damnificados a pesar de encontrarse sumido en plena posguerra. Pero los primeros días la ciudad hubo de enfrentarse sola a la catástrofe, pues los daños provocados por el temporal la dejaron aislada por completo.
La morfología de la capital cántabra cambió para siempre, convirtiéndose las labores de reconstrucción en estandarte del regimen franquista.


Sin embargo no fue el primer incendio sufrido por la ciudad. El 3 de noviembre de 1893 el buque Cabo Machichaco atraca en el muelle con un cargamento de ácido sulfúrico y
51 toneladas de dinamita. Horas después se declara un incendio que provocaría la explosión de la carga, llevándose por delante la vida de 590 personas y dejando heridas a otras 525 que habían acudido a la zona para contemplar el incendio.

Otros barcos fondeados en las inmediaciones acudieron a sofocar el incendio, sumando más víctimas a la larga lista de fallecidos. La onda expansiva se propagó provocando el derrumbe de varios edificios y proyectando los escombros a varios kilómetros de distancia, además de desencadenar una tromba de agua que arrastró a decenas de curiosos al mar.
No fue el último suceso protagonizado por el barco, ya que 4 meses después 15 obreros fallecieron como consecuencia de una nueva explosión mientras trataban de recuperar los restos hundidos en la bahía.

Ambas tragedias debieron calar hondo en el imaginario popular porque recuerdo la frase que siempre me repetía mi abuela cántabra: "se dice que Santaner algún día perecerá por agua o por fuego".

10 comentarios:

Candela dijo...

¿Y tu relacion con Santander? ¿Es tu lugar de veraneo?

Inma dijo...

Una de mis mejores amigas es de santander y me invitó a pasar unos días a su casa cuando teníamos 18 años.
Me explicó esta historia in situ, paseando por las calles y mirando sus casas, con los famosos miradores del norte. Espeluznante.

BLAS dijo...

No lo sabía, ni idea vamos... Pues mira que a mí me encanta Santander. Nunca hubiera imaginado que hubiera pasado por tantos desastres con lo preciosa que es.

chema dijo...

no conozco en profundidad los hechos, pero el incendio de 1941 me da la sensación de que fue causado por un fuego que se inició de forma casual y que se agitó por los fuertes vientos que había esos días. en cambio, la explosión del carguero en 1893 sí que creo que se podía haber evitado con unas mejores condiciones de seguridad... en los barcos, las cargas de materiales nocivos o peligrosos deberían limitarse. porque si un barco que contenga petróleo, o explosivos, o productos químicos corrosivos, se hunde o se incendia, si contiene una cantidad moderada de esos materiales, el mal será menor...

anele dijo...

No Candela, no veraneo allí ni voy tan a menudo como quisiera, pero es que me "tira" muchísimo toda Cantabria porque un cuarto de mi sangre es de allí (mi abuela era de un pueblecito del interior).
Y si me gustan las montañas, no menos Santander (recuerdo las almejas a la marinera del "barrio pesquero" que me zampaba de pequeña; era visita obligada, je,je).
Chema, tienes razón. Por lo que pude leer gran parte de la culpa en la magnitud que adquirió la tragedia fue por desidia de las autoridades portuarias, que no cumplían a rajatabla las normas de seguridad y que al parecer, una vez se supo el contenido de la carga no se apresuraron en desalojar el puerto, dejando que siguieran llegado más y más curiosos.
Pr cierto, que leí que una pieza que salió impulsada por la onda expansiva alcanzó a un hombre que se encontraba a 8 km de distancia y lo mató. La verdad, no me lo creo, pero tú que eres un entendido en física me quitarás o me darás la razón... ¿no es "pelín" exagerado?

Cloti Montes dijo...

¡Qué casualidad Elena! Lo vi ayer en las noticias, sí, sí, en algún telediario deben tener un apartado de noticias antiguas y pusieron el incendio. Espeluznante.
Bssssssssssss
Cloti

anele dijo...

Sí, Cloti. Yo también lo vi en las noticias y me apeteció informarme sobre el tema, y así decidí escribir el post.

Geno dijo...

¡¡Que fuerte!! Ahora ya conozco un poco más mi tierra vecina

Susana dijo...

Pos aqui está la santanderina a comentar... que ilu me ha hecho leer este post sobre mi ciudad aunque sea de un acontecimiento tan triste...
La verdad es que mucha gente se queja de que en Santander no existe un "casco viejo" pero es que... se nos quemó...
En el paseo marítimo pusieron una estatua - escultura conmemorando el incendio (un poco horrorosa) pero claro, como no lo iba a ser conmemorando aquello...

COILET dijo...

Jo con lo que me gusta Santander, no tenía ni idea de que hubiera sufrido un incendio tan devastador...

La fuerza del fuego o del agua son devastadoras... y nos recuerdan lo poquita cosa que somos...