miércoles, 16 de septiembre de 2009

LAS OTRAS VICTIMAS DEL 11-S

Bomberos, paramédicos, policías, limpiadores, .... ; a estas alturas nadie pone en duda la valía de esos miles de personas que colaboraron en las labores de búsqueda y desescombro ... aunque les haya pasado factura. Y de las caras.

Anoche conocí, a través de un reportaje televisivo, la historia de esas otras víctimas de las que nadie habla, desconocidos de los que nuestra ignorancia (alimentada por su gobierno) nos mantenía alejados. Pero sus nombres merecen también un lugar en la memoria colectiva, por su voluntariosa labor, su entrega y la resignada cruz que ahora todos ellos llevan a cuestas. Aunque de ello ya se está encargando Allan Tannenbaum, un fotógrafo que se dedica a inmortalizar sus caras, para remover conciencias (las del Estado Mayor) y para rendirles ese homenaje que nunca les llegó.

Tos, rinitis, sinusitis, asma, fibrosis pulmonar, leucemia, cáncer de colon... un aire tóxico cargado de dioxinas, dibenzofuranos, benceno y metales pesados llenó sus pulmones día tras día. Los miles de litros de aceite y combustible de los aviones, el plomo, el cemento pulverizado (tremendamente caústico para la mucosa respiratoria), los asbestos (con un período de latencia de unos 40 años) y el polvo han ido mermando su capacidad pulmonar y en algunos casos esas sustancias se han concentrado en la grasa corporal desarrollando años después algún tipo de cáncer. Como Greg Quibell, a quien la leucemia se llevó en agosto del 2008.

O James Zadroga. Sus padres muestran una foto de sus pulmones, ennegrecidos. Él formó parte de uno de los equipos de rescate realizando su labor protegidos por unas simples mascarillas de papel que a los 5 minutos ya estaban obstruidas. Primero sufrió la "tos de World Trade Center" que cada día se acentuaba más y más, con el tiempo se quedó prácticamente ciego y finalmente, 4 años después, falleció. Encontraron polvo, cristal y restos humanos en sus pulmones.

O como John McNamara, que perdió a 5 compañeros de promoción y hoy lucha contra un cáncer de cólon. No encontró entre los escombros ni un ordenador, ni un sólo teléfono, ni una silla, ... todo estaba pulverizado. Polvo que respiró mientras trabajaba. En junio del 2006 un fuerte dolor le condujo a una baja laboral y las pruebas posteriores pusieron de manifiesto la presencia de un tumor. Hoy está a la espera de su 5ª intervención. Por el camino perdió medio hígado y la mitad del pulmón izquierdo.

Pero la historia continúa. No sólo tienen que lidiar con sus enfermedades y esclavizarse a decenas de medicamentos, convivir con los dolores y limitaciones. Muchos lloran otras pérdidas muy distintas. Como uno de los trabajadores que se ha visto recluido a vivir al sótano de su casa, obligado a alquilarla para poder subsistir y costear los tratamientos médicos.

Freddie Noboa padece diabetes, hipertensión, artritis y perdió la visión de un ojo. Recibió con impotencia la noticia de que su seguro médico se ha acabado. Le deniegan uno nuevo porque su mujer trabaja (un super sueldo de unos 900 dólares mensuales).

Lee Aline y su marido enfermaron y tuvieron que tomar la difícil decisión de dar en adopción a su hija poco después de nacer. Mantienen el contacto con la niña mientras luchan por sobrevivir.

A muchos de ellos les denegaron el seguro médico porque no podían demostrar que su enfermedad fue provocada por el 11-S. Varias asociaciones colaboran con las víctimas gracias a los donativos, aunque no es suficiente.

Afirman que se recibieron órdenes desde la Casa Blanca para dar falsa información acerca del impacto ambiental; les dijeron que era seguro respirar aquel aire y trabajaron sin la protección adecuada con tal de poner en marcha el WTC lo más rápido posible.


La realidad es que de los 40.000 hombres y mujeres que trabajaron en la Zona Cero, cerca del 70% cayeron enfermos. Bush les prometió ayuda pero tras la reelección el tema se enfrió; hoy siguen esperando.

Sienten que su gobierno les ha dado la espalda.

Fotografias: Allan Tannenbaum.

11 comentarios:

chema dijo...

si lo piensas, no es de extrañar. si un simple incendio en la cocina de una casa genera vapores tóxicos! cómo no iban a enfermar las personas que acudieron a sofocar el fuego y rescatar lo que fuera posible, ante semejante concentración de gases tóxicos y de partículas en suspensión? me parece increíble que el gobierno no haya concedido alguna ayuda a esas personas. eso era lo prioritario, no embarcarse en guerras...

anele dijo...

Sí, la verdad es que tiene toda la lógica, Chema. Pero es que ni se te pasa por la cabeza que haya podido tener consecuencias tan graves.

Geno dijo...

Es una vergüenza que, a esa gente que tanto trabajó y puso en juego su vida, ahora se le deniegue un seguro médico ¡caray con la tierra de la libertad! ainssssssss

BLAS dijo...

Es lógico, si hubo una nube de partículas en suspensión durante semanas que rodeaba toda la zona... ¿Qué se pensaban?¿Que era solo polvillo?
Los gobiernos son todos iguales. Mientras dura el boom de la tragedia, todos son ayudas y palabras, y pasado un tiempo, cuando comienzan a llegar los síntomas, "si te he visto no me acuerdo".
Pobre gente... ¡Manda narices!

Candela dijo...

Ya lo dije el otro dia: Yo estuve alli seis meses despues, que son seis meses y solo quedaba un boquete por el que se veia incluso mas abajo del nivel del metro... y llegue al hotel para meterme directamente en la ducha. Tenia el pelo como si tuviera arena de la playa y solo estuve un par de horas visitando la zona. Subi al entarimado que pusieron para ver y poder sacar fotos y demas, y rodee todo el solar, estuve hablando con policias que vivieron lo sucedido y fui por detras a vr los destrozos en los edificios cercanos. Y las manos, como cuando usas exfoliante, lo mismo.
Ademas, lo malo fue tambien que todos los negocios y apartamentos, hoteles, extc de la zona tienen aire acondicionado, y todas estas particulas se filtraban dia a dia, con lo cual los afectados, a largo plazo, pueden ser muchos mas.

anele dijo...

Cierto, Candela.
Volví a releer aquella entrada que esscribiste hace unos días porque recordé tu comentario sobre el polvo. Es increíble que nadie estableciera un protocolo de seguridad para los trabajadores.

Buscando más información esta mañana he leído lo que acabas de comentar precisamente. Que se abrieron los colegios antes de tiempo porque "allí ya no pasaba nada y era seguro" y aunque se limpió, no se hizo de forma exhaustiva y a través de los sistemas de ventilación muchos niños estuvieron expuestos y han acabado desarrollando alteraciones respiratorias. Como muchos vecinos, que limpiaron sus casas tragando el polvo.
Como bien dices, a los afectados actuales habrá que sumarles muchos otros que irán aflorando a lo largo de los años.
Lo que es una vergüenza es que no cuenten con asistencia sanitaria en condiciones.

Candela dijo...

La Asistencia Sanitaria en America siempre ha sido algo para privilegiados. Y ahora que Obama quiere acabar con eso y hacer una seguridad social al alcance de todos, los mas ricos se niegan.

anele dijo...

Tuve una amiga viviendo en Florida durante 2 años y me contó las barbaridades que te cobran por cosas insignificantes.
Lo que no es normal es que haya gente (y hablo de gente "acomodada")que se arruine por alguna enfermedad, cuando menos la gente humilde, que ni tiene para pagarse unos simples puntos de sutura.

Cloti Montes dijo...

Anele, que post taaan triste, me has dejada chafadita.
Bssssssssss
Cloti

anele dijo...

Vale, Cloti, te prometo que el siguiente será más alegre.

KIRA dijo...

Muy buen homenaje a todos los que como bien has dicho fueron a ayudar... a las victimas de ese dia.
Las consecuencias de esa barbarie se seguiran viendo con el paso de los años y las padeceran muchas mas personas, es una verdadera pena que un Gobierno no mueva ni un solo dedo (centimo) para ayudarlos... que vergüenza!!