Para empezar: un acierto seguro fue encontrar las bandejitas de sushi congelado de La Sirena. Bastará un minuto en el microondas para descongelar y otro minuto de reposo a temperatura ambiente. Un comodín para esos días en que uno llega del trabajo a las 22.30, agotado, y lo último que apetece es ponerse a cocinar. Infinitamente mejores que otras marcas descubiertas en el hiper.
Bueno, quizás los puristas le encuentren pegas pero a mí me parece que están estupendas.
Otro gran descubrimiento fue el de la tienda Tokyo-ya (de momento, sólo en Madrid y Barcelona aunque hay posibilidad de compra on-line). Una extensísima variedad de productos gastronómicos (caramelos, sushi y pescado congelado, salsas, sacos enormes de arroz, vinos y refrescos, helados y un largo etcétera) y artículos de todo tipo, desde libros de recetas hasta menaje de cocina (máquinas para cocer arroz, moldes para preparar sushi, cuchillos especiales, bentos,...) pasando por una amplísima variedad de menaje: recipientes para servir la sopa de miso, bandejitas para la salsa de soja, platos, ... Con el detalle de encontrar, diseminadas a lo largo de toda la tienda, algunas recetas de platos orientales impresas para llevarse a casa.
He probado sus dorayakis congelados (sí, sí, los mismos que devora Doraemon y que le encantan a mi costillo, rellenos de una pasta de judías dulces):
uno de los típicos refrescos japoneses (éste era de fresa pero realmente recordaba a medicina y tenía un extrañísimo sistema de apertura, bolita de cristal incluída, que nos tuvo a Elphaba y a mí cerca de 10 min dándole a las neuronas hasta que conseguimos abrirlo):
y las estupendas sopas de miso de la marca Kikkoman, que nunca, nunca, faltan en mi despensa. Se preparan en 2 minutos y están para chuparse los dedos. También se pueden comprar en las tiendas Gourmet del Corte Inglés:
Además de comprar el vinagre para arroz de sushi que me evita el tener que estar mezclando los ingredientes. Y como colofón, en nuestra última visita, tuvimos el coraje de aventurarnos a comprar natto. En Japón nos faltó el empuje suficiente para degustarlo y aún teníamos clavada la espinita desde entonces.
Otro lugar para comprar (o degustar in situ) sushi fresco es en el Mercado de San Miguel. En realidad se trata de una sucursal de un restaurantecuyo nombre no recuerdo. Es caro pero está bastante bueno. De allí me traje hace unos meses los maki y nigiri para completar el menú junto con las sopas de miso de casa:
había nigiri de trucha (que tanto le gusta a Claire), buenísima, aunque no consiguió desbancar al atún, que sigue siendo mi favorito de aquí a la eternidad:
Y para terminar, mis 2 restaurantes fetiche. Comenzando por el Musashi en la calle de Las Conchas, más económico (de hecho se le conocía como el "japo talego", aunque han subido ligeramente los precios, pero sigue siendo la apuesta más barata de la capital).
Y la opción cool (más en la línea de Cloti) es sin duda el Samurai de la Cuesta de Santo Domingo. Un agradable local decorado en plan minimalista, todo en blanco y maderas oscuras, muy luminoso gracias al enorme ventanal de la fachada y una apuesta segura entre el maremagnum de restaurantes que han aparecido en los últimos años por la moda oriental que está arrasando en occidente. Uno no sabe si esas cocinas de fusión realmente están a la altura o si precisamente como están de moda "todo vale". En este caso aprobó porque pasó por el paladar supervisor de una amiga japonesa, lo cual para mí ya es motivo de confianza. (Gracias, Jose Luis por recomendarnos estos dos restaurantes y gracias también a Takeko).
El precio es algo elevado pero tanto el servicio como la calidad animan a darse un pequeño lujo de vez en cuando.
























