
Construido por Secundino Zuazo Ugalde entre 1924 y 1925 por encargo de la SAGE (Sociedad Anónima General de Espectáculos) incluía, además de una sala de cine y una de conciertos (con sesiones de la Orquesta Nacional los viernes), una sala de fiestas en el sótano.


Su fachada clasicista contrasta con su interior barroco, inspirado en el Hospital de la Caridad en Sevilla; y es de los pocos edificios en Gran Vía que empleó ladrillo a la vista.
Este nuevo Cine Sage se inauguró el 13 de noviembre de 1926 con la proyección de "La Venus Americana" y un multitudinario concierto.
Llegó a tener cerca de 2000 butacas (lo que le colocó de inmediato en el ránking entre los cines más grandes de Europa) y el billete para el gallinero costaba una 5 pesetas (0.03€) y contó durante algún tiempo incluso con una pista de patinaje en la planta baja.
Fue a partir de 1928 cuando comenzó a ser conocido como el Palacio de la Música.

En su interior se ubicaba el Teatro Club, donde Julia Gutierrez Caba recuerda con nostalgia el estreno en los 70 (junto a su hermana Irene) de "Los Viernes Amor", en aquellos días en que se eliminó la prohibición de las representaciones durante la Semana Santa (ya que sólo se permitía programación religiosa).

Aquí se estrenó "Lo que el Viento se Llevó" (...aunque con 11 años de retraso!!), "Gilda" (cuyo cartel sufrió el ataque de los botes de pintura, como se explica aquí) y "Raza" (el famoso documental sobre Franco).

Cuenta Antonio (uno de sus acomodadores) que "con La Bella y La Bestia llenamos. Costaba cerca de 150 pesetas y si acomodabas te daban 20 pesetas".
Los que tratamos de conseguir (sin éxito) entradas para el estreno, aún recordamos las interminables colas frente a la taquilla, llenas de padres acompañando a sus hijos.
Pero con el tiempo las propinas se perdieron y la entrada llegó a costar 7€.
Cuenta también cómo el 18 de marzo de 1993 una espectadora provocó un gran revuelo: "una rubia con pantalones blancos y camisa colorada se puso a chillar como una loca; decía que el cine se venía abajo. Cuando subimos estaban ya los bomberos y la policía".
La realidad, sin embargo, era bien distinta; para aliviar el calor abrieron una de las compuertas del techo y cayó algo de polvo. Pero el recuerdo del incendio del cine Fuencarral (tan sólo un mes antes) se encargó de desatar el pánico.


Hoy, el futuro le espera en forma de auditorio. La Fundación Caja Madrid adquirió el inmueble en el 2008 para reconvertirlo en una sala de conciertos, respetando parte del interior y la fachada principal (repleta de agujeros tras la retirada de la marquesina). Está previsto que abra sus puertas a finales del 2012, llenando de música de nuevo las noches de la Gran Vía, recuperando en parte su función inicial.
"La Rosa Púrpura de El Cairo", "E.T.", "Bambi", "Encuentros en la 3º Fase", "Batman",... no son ahora más que ecos que resuenan en el vacío patio de butacas.

Fotografia cabecera: Borja Lejarcegi