miércoles, 23 de marzo de 2011

HISTORIAS DE LA REBOTICA


- "Hola, necesito estas vitaminas que me ha recetado el médico para la niña"
- "Sí, aquí tienes. Es un jarabe"
-"Sí; me ha dicho que le dé una cucharada sopera en ayunas. ¿Cuáles son, de las cucharas pequeñas, no?"

(Es evidente, hija mía, que ni entiendes de etimología ni de sentido común... y si eres capaz de comerte una sopa con cucharilla de postre, eres digna de ponerte un monumento).

7 comentarios:

Bertha dijo...

Muy bueno jejeje...

Candela dijo...

Oye, a lo mejor la niña tiene la boca pequeña, XDDDD (Mira que si se piensa que es el cucharon de servir sopas)

anele dijo...

Cada vez me convenzo más de que a la gente le apetece pensar cada vez menos.
Ja, ja, esa podría ser una de mis "frases de la semana".

chema dijo...

anele, me has dado una idea para un posible post. en casa tenemos unas cucharas, que son todas del mismo juego (ahí está la gracia), de todos los tamaños: desde una enorme que se utiliza para servir, hasta las más chiquitinas, que son adecuadas para tomarse un petit suisse o para un café solo de sobremesa de día de fiesta. pasando, claro está, por la cuchara sopera que nos ocupa, y las cucharas de postre standard. un día las juntaré todas ordenándolas por tamaño y les haré una foto.

por más que pienso, no entiendo qué dificultad ofrece entender que una 'cucharada sopera' es la cantidad aproximada contenida en una cuchara de las que comúnmente se utilizan para consumir sopa, como la propia expresión indica...

Candela. dijo...

Chema, todas los cubiertos de mi casa y de la de mi madre, que tiene 3-4 diferentes, son del mismo juego. A ver si te crees que compramos cucharas y tenedores sueltos en el tucro, XDDDD

Geno dijo...

Sí, yo creo que el principal intorragante de esta historia es ¿con qué comerá esta señora la sopa? :-S ainsssss XDDDD

Elphaba dijo...

Pues oye, en mi casa están todos los cubiertos de lo más desparejados y creo que debe haber en uso decenas de modelos distintos, sobre todo de cucharillas, que son las que se pierden, y cuando van escaseando se compran sueltos, que tampoco creo que tenga nada de malo.

En cuanto a la señora de las cucharadas superas, pues la estupidez humana no tiene límites. COmo dice alguien por ahí, es cuestión de no pensar siquiera.