Mires donde mires, sólo verde.
Llegados a Cantabria tomamos la salida al Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
Por fin. Hace unos 10 años de mi primera visita relámpago: en aquella ocasión tuvimos que recorrerlo en poco más media hora por falta de tiempo; afortunadamente hoy tenemos todo el día por delante.
Éste es (para mi gusto) el mejor zoológico de España. No sólo por la belleza del paisaje sino porque los animales viven en semilibertad en un entorno incomparable a lo largo de las 750 hectáreas de la que fue una antigua explotación minera de hierro romana.
Juzgad por vosotros mismos:

Recorren el recinto una red (de unos 20 km) de carreteras que pemiten un cómodo acceso, con zonas de aparcamiento junto a cada recinto, así como senderos para realizar la visita a pie y rutas botánicas (por ello no es considerado como un zoológico sino como un Parque de la Naturaleza).
Incluso organizan fiestas de cumpleaños (no puedo imaginar un lugar mejor; quién tuviera de nuevo 8 años!!).

Una pausa para la comida y cruzamos al edificio de enfrente.
El reptilario (al contrario de lo esperado) resultó ser muy interesante. Pensé que sería la zona del parque que menos me iba a gustar y resultó impactante poder contemplar a las cobras a escasos centímetros de mi cara observando sus colores, sus lenguas bífidas, la forma de sus escamas, ... amparada por la seguridad del cristal :)
Esqueletos de serpientes y cráneos de cocodrilos, tortugas,... decenas de especies de serpientes, un enorme lagarto (no, no era un dragón de Komodo pero parecían primos hermanos), iguanas,...

En el corazón del parque hay un enorme recinto donde conviven en perfecta armonía las curiosas avestruces (era ver una cámara y plantarse delante ipso facto; ¿no os encantan esas enormes pestañas?)



Como los puerco espines (afortunadamente había uno con mal genio, lo que nos permitió fotografiarle en plena expansión "espinal") o el simpático suricata que parece siempre dispuesto a posar para la foto, en plena labor de vigilante. ¿No es encantador?
O el aviario y la interesantísima demostración de vuelo. Si ya me gustó la del Zoo de Madrid (en contra de lo esperado) ésta es incluso mejor, porque en este caso algunas pasan a un metro del espectador. Increíbles los vuelos cruzados de los milanos y la demostración de aves rapaces.

(Pinchar las imágenes para ampliar).



La ventaja del Parque es que a muchas especies las puedes ver a escasos centímetros e incluso tocarlas:
mientras que a otras sólo se las aprecia a golpe de zoom; eso sin contar con que en épocas de mucho calor todos andarán medio escondidos en sus madrigueras o entre la vegetación (lo mismo si llueve).
En resumen, unas cuatro horas y pico que se nos hicieron cortas y nos dejaron ganas de más, sobretodo porque las carreteras son un poco caóticas, de sentido único y no siempre puedes ir por donde quieres así que acabas perdiéndote algún recinto si te despistas.


La ventaja del Parque es que a muchas especies las puedes ver a escasos centímetros e incluso tocarlas:

Otro lujo: el recinto de los primates. En la parte interna tienen una zona de juegos inmensa donde se les puede ver tras los cristales. Ni me lo creí cuando pude ver al gorila (sentado de espaldas, no se puede tener todo) a 50 cm de mi cara. Impresionante espalda y tremenda cabeza. Hubiera podido tocarlo extendiendo la mano.
Y en la otra punta, los papiones cotillas. Fue vernos llegar y subir en comitiva.

Lo mejor, que volví a sentirme de nuevo como a mis 10 años.